Desde el comienzo de los tiempos, se ha dicho que "el hechizo de resurrección" es algo que ni siquiera se podría realizar en los cuentos más quiméricos. No obstante, este no es el caso de Charlotte Levine; aquella chica de cabello platino, y ojos...
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Luego de la clase de sociología con la profesora Ann Smith, en la que el único que se sentó junto a Charlotte fue Michael Lynch (y claro, tuvieron una charla en la que ella le comentó la verdad sobre los acontecimientos y por qué estaba en la cabaña ese día), la clase terminó a las once y media de la mañana. Los pasillos cerca del salón B11 estaban un poco vacíos, salvo por quienes salían del aula. Justo en ese momento, el teléfono de Charlotte vibró; era un mensaje de Bradley.
"Hola, amor. No entiendo nada, ¿cómo se enteraron? Nadie más podía saberlo. Ya fue suficiente con lo que pasó con mis padres. Pero cálmate, sabes que lo hiciste para salvar tu vida, no te sientas mal. Eres muy valiente y sé que puedes lidiar con esto. ¿Está bien? Solo ignóralos, es lo mejor que puedes hacer."
"Gracias, amor. Luego te cuento cómo se enteraron. Sí, ya estoy un poco más calmada. No tiene por qué importarme lo que piensen de mí, sé que no es verdad. Estoy segura de que algunos lo dicen solo para molestarme. Ni siquiera creo que crean en esas cosas."
"Exacto. Solo lo hacen porque te envidian y porque son unos idiotas. Pero bajo ninguna circunstancia pienses en abandonar la universidad por esto. Tienes que seguir adelante, ¿ok?"
"Sí, seguiré adelante a pesar de todo. Como siempre, gracias por tus palabras. Y bueno, ¿cómo sigues?"
"No creo que quieras saber sobre esto. No quiero preocuparte."
"Por favor, necesito saber. Estaré más preocupada si no me cuentas."
"Está bien. No quiero asustarte, pero creo que la cicatriz se está expandiendo un poco, y además, no sé por qué me subió la fiebre."
"¿Qué? No puede ser posible. Sabes que te amo demasiado, y esto me pone muy mal. Lo único que se me ocurre es buscar ayuda. Tal vez encontremos a alguien que pueda acabar con los maleficios. Yo solo quiero que tú estés bien, es lo único que me importa en el planeta."
"Sí, buscaremos ayuda. Yo tengo que volver a mi vida normal. Te prometo que saldré de esto. Además, tal vez me recupere más rápido solo con el hecho de tenerte. Lo digo y lo diré siempre, soy más que afortunado."
"Y yo también soy la más afortunada del mundo y del universo entero. O si existieran más universos, también los contaría."
"Yo también contaría la existencia y el comienzo de la humanidad. Te amo más que cualquier humano que haya pisado este planeta. O tal vez solo en la literatura exista alguien como yo."
