Capítulo 15: contacto

117 17 5
                                    

Yo soy la guía, aunque no me puedo comunicar verbalmente, así que quién tiene la opción de elegir soy yo.

¿El único inconveniente? No estoy segura si la parte roja va a estar caliente o fría. He estado observando y en este lugar nada es exactamente lo que parece. Además de que nos han estado privando de ciertos sentidos, han quitado varias formas de comunicarnos, solo nos queda el contacto y es incomodo, cada vez me vuelvo más consciente de tener cerca a otro ser humano, uno que prometí odiar.

Miro a Christopher, quien a pesar de no poder ver en el momento, luce muy confiado.

Confías demasiado en mí ¿no crees?

Siento su mano apretar la mía.

—Está bien, lo que hagas va a estar bien, vamos a salir de aquí— la sonrisa que me ofrece y sus ojos vendados hace que quiera cuidarlo, al menos solo durante el tiempo que dure esta cita, después volvemos a la guerra.

Asiento para mi misma y aprieto la mano de regreso, recordando que esto solo es la forma de comunicación más efectiva que tenemos en el momento, nada más, no significa nada en lo absoluto.

Bueno, el rojo luce bien en Christopher.

Vuelvo a enfocarme en salir de aquí, rápido, debemos alejarnos Me encojo de hombros y camino hacia el espacio rojo. Se cierra el acceso a la parte azul.

Tétrico.

Tengo que pensar positivo, para no creer que acabo de hacer las cosas más difíciles para los dos. Sin contar que mi elección del lugar solo fue basada en qué luce bien en el hombre que me acompaña, algo muy complejo.

¿Cuándo se acaba este recorrido?

Para mi sorpresa, el aire acondicionado está encendido y está algo frío el lugar, bueno, bastante frío. Aprieto los dedos de mis pies, un escalofrío pasa por toda mi espalda, estoy tentada a pegarme a McGee para mantener el calor corporal. La temperatura parece estar bastante cerca del grado 0.

—¿Tomaste la ruta escénica? ¿O tu plan es que muera de hipotermia?— Christopher se estremece y da unos pasos más cerca de mí, nuestros brazos se están rozando.

Al parecer, el no ver ha aumentado sus demás sentidos, por lo que cada sensación del mundo exterior que pueda percibir, la sentirá el doble que yo. Siento un poco de pena, solo un poco, es bueno que asuma las consecuencias, a causa de él es que estamos viviendo esta situación.

Sacudo la cabeza, quiero burlarme de él, está comportándose como un niño pequeño... Aunque ello no está mal, al fin y al cabo parece que lo disfruta más y todos los adultos fuimos pequeños. Solo por esta vez lo voy a dejar ser tan infantil como quiera, ello es material para mi, y una pequeña venganza.

Arrastro a un tembloroso Christopher tras de mí, y lo hago sentarse en el sofá mientras yo comienzo a buscar algo que esté fuera de lugar en este espacio. Hasta el momento, hemos conseguido respuestas para la siguiente fase por cosas fuera de lugar, cosas que parecen obvias y que pueden estar en la habitación, pero tienen algo que no termina de encajar, como huevos fritos en un gallinero, hacen parte del espacio de forma natural, sin embargo no en ese estado.

—Hey, no planeas dejarme aquí ¿o sí?— miro a McGee quien se está moviendo incómodo en el sofá, se rodea con sus brazos.

Confianza, esto es un juego de confianza.

Me acerco a Christopher y tomo su mano, la aprieto fuerte una vez y vuelvo a soltarla y alejarme.

—Entiendo, no dejarías un hombre tan atractivo solo en una habitación para morir de frío, solo por eso yo pagaré la cena hoy— suena muy seguro de lo que dice.

Los Labios de ChristopherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora