Capítulo 39: Tengo una cita

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—¿Qué es lo importante que tienes que decirme?— sostiene mi mano por un momento, evitando que me vaya, antes de soltarla y usarla como soporte.

Veo como Christopher apoya las manos en sus rodillas mientras toma aire por la boca.

Debió haber corrido mucho.

—¿Tenía algo importante que decir?— mi cerebro no registra mucho lo que está pasando, no entiendo por qué él está aquí, no recuerdo haber dicho algo.

Ah... lo recuerdo, el mensaje esta mañana, es sobre mi cita con Hide.

—¿Viniste corriendo por el mensaje que te envíe esta mañana?— le pregunto.

—Sí, dejaste de responder después de un rato y hace horas no me dices nada, así que vine en cuanto termine una sesión de fotos, aunque no tengo mucho tiempo porque en media hora tengo una entrevista— toma una bocanada de aire y luego continua hablando —Afortunadamente es cerca de aquí, así que aproveche y vine, porque no puedo venir cuando salgas de trabajar porque unos malditos fotógrafos no dejan de perseguirte— sacude la cabeza —Volviendo al punto— toma aire de nuevo —¿Tienes tiempo de hablar?

Sonrío, su corto y acelerado discurso es tierno, no puedo evitar sentirme bien al tenerlo enfrente, me gustaría abrazarlo, pero hay montañas que no es momento de escalar.

—¿Cuánto tiempo tienes?— le pregunto.

Él alza su mano izquierda y mira el reloj en ella.

—Quince minutos ¿es suficiente o es algo que va a requerir más de mi atención?— se endereza, su respiración parece volver a la normalidad.

—Está bien— le señalo la silla en la que yo estaba sentada hasta hace un par de minutos —Ya regreso.

No lo dejo decir nada mientras me alejo en dirección a la máquina dispensadora y a conseguir una botella para un Christopher McGee sin aliento.

Fuera del estudio hay un par de personas intentando mirar hacia adentro, los entiendo, es Christopher McGee, no solo es extremadamente atractivo, atletico, alto y con un cuerpo fornido, sino que era un artista talentoso que a pesar de su pobre manera de expresar sentimientos positivos en sus canciones, es realmente bueno haciéndote conectar con lo que él siente.

No les pongo mucha atención y simplemente todo el agua, más de uno intenta preguntarme algo, pero solo niego con la cabeza y les digo que más tarde.

De regreso al estudio, Christopher parece casi normal, le está diciendo algo a Greg, quien solo asiente, no escucho que es, pero parece importante.

—Toma, recupera el aliento— le doy la botella.

—Gracias— la abre sin dudar y bebe casi la mitad de ella de un solo tirón.

—Con gusto.

Doy media vuelta, camino un par de pasos, tomo otra silla que mantengo al lado de la puerta y la llevo al lado de la mía, justo en frente del control de mandos.

—¿Estás listo?— le pregunto.

—Sí, vamos a hacerlo— él inhala.

—Está bien— lo miro directo a los ojos, él me está mirando con la misma intensidad.

No puedo dejar de mirarlo, me hace olvidar la razón por la cual vamos a hablar. Él se acerca más a mi, lo que hace que me ponga más nerviosa, y me enfoque menos en el objetivo de esta esporádica y repentina reunión.

—Estaré afuera por si me necesitan— la voz de Greg hace que me enderece en la silla y me aleje de Christopher.

—Sí, gracias, Greg— digo mientras él cierra la puerta tras de él.

Los Labios de ChristopherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora