Capítulo 28: hablemos

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Inhalo, exhalo, en definitiva, la respiración controlada es lo único que me mantiene lejos de un ataque de nervios. El conductor del taxi me mira a través del retrovisor de vez en cuando, como si revisara que mi estado de salud estuviera bien, creo que está pensando muy seriamente si debe llevarme al hospital en vez de al lugar de la cita.

Cuando me bajo del taxi, el conductor está extasiado, finalmente puede destensar su cuerpo. Yo, por otro lado, acabo de tensar los hombros de forma involuntaria y tengo náuseas.

La venganza puede ser divertida, sin embargo, a mi me pone ansiosa pensar en todas las posibles consecuencias de mis actos.

El Circo Lunes está en todo su apogeo en pleno lunes en la noche, tal vez eso tenga que ver con su nombre y el hecho de que solo abre los lunes y estará un mes en la ciudad, con tres funciones cada lunes.

Tal vez inconscientemente lo cité aquí para demostrarle que tan payaso es, o que tan payasa soy, aún no me decido quien hace reír más, o da más lástima o más miedo, depende de la persona y la percepción.

Vuelvo a inhalar y exhalar, no sé si lo estoy haciendo bien, pero siento que no funciona la técnica muy bien, sin embargo sigo caminando hacia el punto de venta de los boletos.

Me detengo, casi quiero restregarme los ojos, estoy viendo triple.

Tengo tres Christopher McGee parados frente a mí, ninguno se ha dado cuenta de que he llegado, están hablando entre ellos, dos tienen una expresión sería y otro parece burlarse de ellos.

Uno de los que están serios es el verdadero Christopher McGee, con su jean azul oscuro, su camisa blanca y su suéter rojo puedo diferenciarlo. El otro hombre serio llevaba un buso negro, un pantalón negro y su pelo corto, probablemente el único que no había ayudado en el engaño, a menos que se haya cortado el pelo recientemente. El hombre con una sonrisa en su rostro lleva un blazer negro y una camisa rosada debajo, que combinaba con sus jeans oscuros.

No tengo que ser una genio para saber que quien se ríe era quien estaba en el apartamento de Christopher el día que descubrí todo.

No estoy muy segura de lo que siento al verlos, bueno sí, algo de rabia, una molestia inmensa, unas ganas de golpear, tal vez una pisada en tres pies descalzos mientras uso botas con tacón de aguja, hay tantas opciones.

—¡Nav, hola!— el primero en verme es el doble del apartamento, el de la camisa rosada y de la sonrisa amable.

Hice una mueca en cuanto dijo "Nav", hasta donde yo recuerde no tenemos ese tipo de confianza, además de que él sabe mi nombre y yo no sé el suyo.

Camino hacia ellos mientras dejo salir el aire de mis pulmones, estoy algo abrumada y ansiosa, quiero hacer muchas cosas y quiero muchas respuestas.

—Hola, Christopher dos— alzo la mano mientras saludo a quien me recibe de forma efusiva —Christipher tres— el McGee de pelo corto frunce el ceño ante mi saludo —Oh, y el estafador, digo, Christopher uno— sonrío al final —¿Cómo están?— el tono de mi voz es amable, pero mis ojos casi están lanzando fuego en su dirección.

Los observo a todos, aunque su ceño está serio, puedo ver cómo alza una comisura de su labio, el McGee de pelo corto parece divertido con mi último saludo. El Christopher dos se encoge de hombros y está algo incómodo; mientras que el Christopher uno luce avergonzado, incluso se rasca su nuca, no estoy segura de si de verdad le pica o solo es un signo de incomodidad, espero que sea lo último. Además, al menos su hermano muestra lo que siente en su rostro.

—Me llamo Chesed, un gusto que finalmente sepas mi nombre, Navier— el pelo corto de los McGee se presenta, por lo que puedo decir que él también participó en el engaño.

Los Labios de ChristopherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora