La frente de Christopher está apoyada en mi pecho mientras respira con dificultad.
—Lo tomo como un sí— dice Christopher McGee mientras intenta recuperar el aliento.
—¿De qué hablas?— mis ojos están cerrados y solo puedo sentir el peso de su cabeza sobre mí.
No obtengo una respuesta, solo un beso en mitad de mi cuello.
Mi cabeza se siente pesada, además de que no escucho bien, mis oídos se sientes como si estuvieran tapados. Puedo sentir como mi cuerpo comienza a pesar, y cada una de mis extremidades pierden su fuerza, no creo poder moverme mucho más.
Abrazo a Christopher y juego un poco con su pelo. Aunque estoy sin fuerzas, realmente me siento tranquila y relajada.
—Me gusta estar así— suspira intentando normalizar su respiración.
Mi corazón que se estaba calmando, comienza a acelerarse de nuevo, y ello me hace sentir vulnerable, como si le diera el poder sobre mí y no me agrada.
—Sí, bueno, habla por ti, siento que me estás aplastando, parate— le jale el pelo para alejarse su cabeza de mi pecho.
—Que rico, así me gusta— Christopher se queja mientras se pone de pie.
Me detengo un momento, con su pelo entre mis dedos, su cuello algo arqueado y sus ojos cerrados.
—¿Yo no soy la que debería decir eso?— suelto su pelo.
—Ay, no me sueltes, me gusta que me agarres— su voz es juguetona.
Me río y sacudo la cabeza, cierro los ojos.
—Ponte de pie, McGee— lo empujo —Y aléjate de mí— intento alejarlo de en medio de mis piernas, pero no está funcionando, Christopher no se aleja —A diferencia de lo que puedas pensar, no es realmente cómodo tener las piernas abiertas y estiradas— lo empujo una vez más y solo ríe.
—No están estiradas, están rodeando un tesoro— se señala así mismo con su mano derecha.
—Más bien una deuda, quítate— lo empuje.
—Me siento utilizado— finge llorar, luego me abraza y me acerca más hasta él.
—Sí te utilice, ahora, quítate— pongo mis manos en su pecho, pero no lo empujo.
Disfruto de los besos que él deja en mi cuello y de la leve risa que sale por sus labios ocasionando cosquillas por mi cuerpo.
—Me gusta como me siento— me dice.
Por un momento no entiendo, esas palabras pueden tener muchos significados, pero no sé mucho sobre cómo se siente, que siempre estemos discutiendo no quiere decir que siempre estemos diciendo la verdad de lo que sentimos.
—¿Y cómo te sientes?— pregunto apoyando mi cabeza en su hombro.
—Tranquilo— aprieta el agarre de sus brazos a mi alrededor —Seguro— suspira —Feliz.
—Eso son cosas buenas— mis ojos están cerrados, mi respiración se ralentiza y siento mi mente pesada, es casi como si entrara en un momento de letargo.
Casi no me detengo a pensar sobre la relación con Cristopher McGee, porque si lo hago mi mente recapitula todo, desde la fiesta de año nuevo en la casa de Paul en la cual tuve una discusión con este hombre, luego de cómo tuvimos que trabajar juntos, de cómo lidie con sus hermanos gracias a su "broma", luego de cómo pidió perdón, de su relación con sus hermanos, de cómo me siento atraída a él de forma sexual, y aunque puedo encontrar más puntos positivos que negativos, sí siento cierto odio en algunas cosas.
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Los Labios de Christopher
ChickLitChistopher McGee es el mayor de cinco hermanos, dos de ellos son su viva imagen, son la fotocopia uno del otro, pero solo físicamente, si miras en su interior, es "único e irrepetible," lastimosamente eso lo refleja en su manera de actuar, no sabe s...