Capítulo 29: tiempo en familia

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Mi chocolatina llega, en realidad llegan tres chocolates grandes, seguro para que no le pida más, pero yo ya pensé en su tercer tarea, una bella y fría botella de agua espera ser tomada por mí.

No puedo evitar sonreír cada vez que Christopher dos vuelve de comprar algo. Él sigue trayendo más cosas de las que le pido, cómo si ello fuera a evitar que yo pidiera más, con lo que no cuenta es conmigo dándole a sus hermanos comida, incluso tengo el descaro de sonreír cuando le ofrezco a él comida de la que él mismo compra.

Ello le pasa por creer que se iba a librar tan fácilmente de la situación solo porque no le tocó pagar las demás cosas.

De los tres, quien más se ha estado divirtiendo en Chesed, incluso acepta los dulces que le doy con mucha felicidad, como si él también estuviera ejerciendo su venganza, lo cual no sé si es bueno o malo, ni tampoco sé que pueda tener en contra de sus hermanos.

Christopher sonríe de vez en cuando, pero vuelve a sus sentidos en cuanto alzo una ceja mientras hago contacto visual con él. No lo niego, me gusta el poder.

Dejo de molestar a los hermanos y sigo disfrutando del espectáculo, vamos a darle un descanso por el momento.

—¡Oh, miren, son sus primos!— río, aplaudo y luego doy un mordisco a mi hamburguesa mientras señalo a los payasos que acaban de salir.

La cara de desprecio de los tres hermanos es mi mayor recompensa.

—Mami, mami, ellos son familia de los payasos— un niño de unos siete años sentado delante de nosotros, llama la atención de su madre y señala a los hombres McGee.

La madre voltea a mirarlos y después regresa la vista hacia su hijo con una expresión de vergüenza. Le dice algo que hace que el niño se tape la boca con ambas manos, asiente con la cabeza, mire a los hombres McGee antes de regresar su vista al espectáculo.

Sonrío, los tres hermanos lucen algo desconcertados, probablemente se están imaginando todo lo que pudo haber dicho la mujer, y por otro lado, solo son hombres que siguen sin entender que hasta el niño les dijo payasos. Yo voto por la segunda opción.

—¿Nos dijo payasos?— Christopher dos suena desconcertado —¿Tengo cara de payaso?— pregunta consternado.

Yo sonrío y no digo nada, el niño está de acuerdo conmigo, eso es todo lo que importa.

—Sí, aquí está tu nariz— Christopher toma la nariz de su hermano y la jala, volviendo la punta de esta roja.

Un quejido, un golpe en el brazo de su hermano y taparse la nariz con la mano son las acciones que le siguen al jalón de nariz. Christopher sonríe, aunque sostiene su brazo justo en la zona que acaba de ser golpeada.

El otro hermano, Chesed, sonríe y niega con la cabeza, luego regresa su atención al espectáculo que está por terminar.

No me quejo, disfruto el espectáculo, no solo el del circo Lunes, sino el de los tres hermanos. Pagaron por todo y encima torture a los hermanos, yo solo veo puntos positivos por todos lados. Aunque aun falta conseguir un objetivo y hablar con Christopher, creo que la noche ha sido un éxito hasta el momento.

—Luces feliz— Christopher dice.

—Digamos que estoy satisfecha por el momento— es mi única respuesta.

Él parece desconcertado por ello, yo sonrío, él piensa que guardo un secreto que él no sabe, no se equivoca, sin embargo no será ejecutado el día de hoy, y eso es lo que él no sabe.

Durante el resto del show puedo sentir las miradas de Christopher uno y dos en mí. Chesed está más entretenido viendo a los acróbatas, al menos eso es lo que dicen sus ojos brillantes, para él este fue un buen plan, lo cual se agrega a las razones por las que debo elegirlo para mí siguiente plan.

Los Labios de ChristopherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora