Capítulo 37: confesión

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—¿Pasa algo?— Seth mira como entro al apartamento y dejo mi bolso en el suelo, creo que llevo al menos tres minutos sin moverme del lugar, lo único positivo es que Greg se ha ido a su casa y yo soy libre para dormir sin sus ojos de águila persiguiéndome.

—Tengo una cita— respondo.

Por un momento no obtengo respuesta de mi mejor amigo, pero luego escucho un pequeño grito.

—¡Eso es fantástico! ¿Christopher va a dejar de jugar al amigo? ¿Cómo pasó? Detalles, detalles— pide con urgencia.

Yo sigo mirando hacia el frente sin enfocar nada realmente, recordando lo qué pasó.

—No exactamente— inhalo —Tengo una cita con Hide, un miembro de Tastes— sonrío, aunque probablemente sea de dolor.

Me dejo caer en el suelo del apartamento mientras me debato si he hecho bien en aceptar, sí, dije que lo haría si él me lo pedía de frente, pero nunca pensé que se atrevería, pensé que él estaría más pendiente de cuidar su carrera que de conquistarme a mí.

Bueno, me equivoque, de los errores se aprende, creo.

Me siento algo culpable, siento que estoy jugando con los sentimientos de él porque ya tengo otra persona que me gusta, con quien actualmente tengo problemas personales, públicos y laborales, pero con quien no me molesta del todo tenerlos.

Meto las manos entre mi pelo, inhalo, exhalo, pienso en que soy soltera, que está bien que conozca a otras personas, tal vez me termine gustando más Hide que Christopher, es una posibilidad, no sé digo yo.

—¿Tienes una cita con otro artista?— la voz de mi compañero de piso me trae a la realidad —¿Qué perfume te echas para ponerlos a cantar, Nav?

Seth parece divertido y se ríe, realmente suelta la carcajada, mientras yo me hundo en mi miseria, él disfruta del momento.

Bueno, al menos uno de los dos se la pasa bien.

—Pero dime ¿Cómo carajos pasó eso?

Tomo aire y comienzo a contarle.

.

Unas horas antes...

—Hola Hide, que bueno que hayas decidido ser parte de nuestro equipo creativo— Alissander se pone de pie y le da la bienvenida a su amigo.

—Oh, gracias, hola, Ali— lo saluda dándole una palmada en la espalda.

—Que no me digas Ali, que me recuerda al apodo de mi hermana— un escalofrío parece pasar por la espalda de Alissander.

—Lo que digas— le sonríe —Hola, Nav, un gusto en verte— sus ojos tienen un brillo peculiar, no sé si es porque sé que le gusto o porque realmente es un signo muy visible, pero sus ojos brillan de verdad, parecen que desprenden pequeñas estrellas mientras me mira.

—Hola, Hide ¿vienes a trabajar con nosotros?— finjo que no sé nada y que no pasa nada, incluso le ofrezco una sonrisa cálida, porque no quiero hacerlo sentir incómodo.

—No exactamente, digo, me encantaría— se rasca la nuca y suspira —Quisiera hablar contigo a solas, si es posible— sonríe al final.

Es un buen detalle que pregunte si tengo la disposición y el tiempo para hacerlo, creo que es un buen hábito que McGee debería tener en cuenta, aunque estaría mintiendo si digo que me molesta cuando me sorprende.

—Claro— miro a Alissander y a Greg, me pongo de pie —Greg, dame un momento a solas con Hide, por favor— le instruyo.

—¿Es una persona de confianza?— se asegura mi guardaespaldas.

Los Labios de ChristopherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora