Capítulo 6: vecinos

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Una carta con dos corazones dibujados cae en la mesa, observo mi juego y decido que no me sirve, arrastro una carta de la baraja, otro dos de corazones, suspiro y lo dejo caer.

Estamos en mi apartamento, y Hannah, Raquel, Kevin y yo jugando cartas mientras disfrutamos de una deliciosa pizza vegetariana, básicamente porque la compró Raquel y bueno, ella es vegetariana.

Raquel y Hannah son mis amigas desde el primer año de universidad, desde que nos graduamos se ha hecho más difícil vernos, pero siempre destinamos un sábado al mes para pasar tiempo juntos.

Ellas se quedan a pasar la noche en el departamento, así que básicamente aún tenemos pijamadas, solo que consumimos alcohol de forma legal y se habla más de experiencias sexuales, o simplemente debatimos si una serie es buena o no.

—No vuelves a revolver, Hannah, no me diste nada— se queja Kevin mientras tira después de mi, al parecer a él tampoco le sirve un dos de corazones.

—Secundo esa noción— apoya Raquel mientras toma la carta que Kevin le lanzo y mira con disgusto su juego.

—Bueno, al menos Navier no se está quejando— dice Hannah mientras arrastra una carta de la baraja.

—No digo nada porque el que calla otorga y yo les estoy otorgando la razón a estos dos— un cinco de corazones cae frente a mi, definitivamente Hannah se estaba deshaciendo de todas sus cartas de corazones, afortunadamente esta sí sirve para formar una terna con mi cinco de tréboles y mi cinco de diamantes.

—Malditos malagradecidos, al fin y al cabo la idea de revolver es que nadie quede con las cartas ganadoras anteriores juntas— Hannah bufa y no alza la vista de sus cartas.

—Pero no a este nivel— digo antes de arrojar una carta —Por cierto, estoy trabajando con Christopher McGee— el silencio cae en la habitación y ni siquiera las cartas se oyen moverse, alzo la vista y miro a mis dos amigas, sus ojos y bocas están muy abiertas, miro a Kevin y él tiene una sonrisa burlona en sus labios.

>>¿Sucede algo?— trato de aguantar la risa burlona que quiere salir, sé que ambas son fans del individuo, por ello tarde en decirles, hasta que no estuviera completamente segura de que no iba a salir de este proyecto en la primera semana por salud mental.

Mis amigas duran en estado de shock al menos un minuto completo. Es tanto el estado de shock que por un momento tengo la sensación de que las he roto, pero cuando su grito de fans locas sale de sus gargantas, compruebo que no es así y tanto ellas como sus pulmones se encuentran en perfectas condiciones.

—¿Por qué no nos lo habías dicho?— a Hannah le brillan los ojos, como si yo fuera su nuevo ídolo quien la guiará para que sus sueños se hagan realidad.

—Porque no estaba segura de trabajar con él— digo simplemente antes de tomar un trago de mi cerveza.

—¿Quién perdería la oportunidad de trabajar con Christopher McGee?— Raquel me mira como si dijera la idiotez más grande del mundo, como si no lograra comprender lo que digo, casi como si utilizara otro idioma.

—Yo, por ejemplo— me encojo de hombros y un par de papas fritas terminan en mi boca antes de morder mi pedazo de pizza.

—Cierto, fue un patán— Hannah asiente y mira sus cartas —Si vuelve a hacerlo, nos das su dirección y nosotras nos encargamos del resto— toma un trago de su bebida.

—Por favor, seamos sinceros, probablemente irían a adorar ese cuerpo de adonis que se manda el individuo— Kevin pone los ojos en blanco —No olviden llevarme, no quiero perderme la oportunidad de apreciar semejante hombre, es tan lindo.

Los Labios de ChristopherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora