Noches buenas, criaturillas, ¿como les va esto que llamamos vida?
Perdonenme la vida por las demoras.
0000000000
Las cazadoras eran de lo más eficientes. Tan pronto Artemisa dio la orden de montar el campamento, las doncellas se pusieron manos a la obra, y en minutos, tenían una docena de tiendas de campaña dispuesta en forma de media luna. La más grande, la de la misma diosa, estaba en el centro.
De los árboles, surgían lobos, y en sus ramas, se posaban halcones. Las cazadoras los trataban con total familiaridad, y les daban cariño y dulces, pero volteaban amenazadoramente hacia Percy cuando este los miraba.
Artemisa le hizo un gesto a Percy para que lo siguiera, pero en ese momento llego Grover, de rodillas.
-¡Lady Artemisa! Yo, uh... ¡Gracias!
-¡Ponte de pie, chico cabra!-espeto Thalía, y lo obligo a levantarse.
-Creo...
-¡Un momento!-Bianca interrumpió a Luke, y Percy noto como su novio rodaba los ojos: Odiaba cuando no lo dejaban hablar-. ¿Qué está pasando aquí?
Parecía asustada, y con razón. Su hermano, Nico, en cambio, parecía que estaba pasando el mejor momento de su vida.
Ahora que lo pensaba...
-Tal vez-dijo Artemisa, con una voz suave-, lo mejor sería que te preguntases...
-¡Ya recuerdo!-grito Percy de pronto, y entonces se congelo. Miro a Artemisa, con nerviosismo-. Eh... Lady Artemisa, no era mí...
-No, continua, Perseo-la diosa sonrió, aunque desde luego no lucia nada amigable-. ¿Qué recuerdes que es lo suficientemente importante como para interrumpirme?
Trago en seco.
-Yo...-dudo, sin saber si lo recordarían-. Yo los conozco. O al menos a Nico. ¿Lo recuerdas? Soy Percy. Nos conocimos en Las Vegas, y hablamos de mitomagia...
Los ojos del chico se iluminaron.
-¡Claro!
Y entonces se puso a parlotear acerca de cartas y figurillas, conversación que en cualquier otro momento, Percy habría escuchado entusiasmado. Pero se dio cuenta, con algo de horror, que si Nico y Bianca estaban allí, y antes de eso habían estado en el Lotus, entonces casi con seguridad no eran unos niños.
Artemisa le dio una larga mirada, y Percy solo atino a encogerse de hombros. Luke también parecía haber llegado a la misma conclusión.
-Sigue sin explicar nada-espeto Bianca, silenciando a su hermano.
-Supongo que no-admitió Percy, y miro a Artemisa-. ¿Puedo, mi señora?
La diosa asintió, seca.
-Puedo suponer que solo tienen un padre, ¿verdad? Y tienen dislexia y trastorno hiperactivo de déficit de atención.
Los DiAngelo intercambiaron una mirada.
-¿Cómo sabes eso?-pregunto Bianca con cuidado.
-Porque es el caso de casi todos aquí-Percy tomo aire-. Ustedes son semidioses. Uno de sus padres es un dios, y otro, un mortal.
-¿Un... dios?-repitió Bianca, incrédula.
-Y un Olímpico, me atrevería a señalar-dijo Artemisa-. Su aura es poderosa.
-¡Guay!-exclamo Nico, sonriendo de oreja a oreja. Es genial, ¿no crees, Bia? Yo creo que sí. ¿Tú también eres un semidiós, Percy? ¿Quién es tu padre?
ESTÁS LEYENDO
Percy Jackson: El Hijo del Hestia.
Hayran KurguUn semidiós que nunca debió nacer..., Una profecía de muerte y destrucción..., Un mundo de dioses y monstruos..., Una oscura sombra de tiempos antiguos. Perseo, el hijo de Hestia, la Diosa del Hogar, con un solo grupo de leales y todo en contra, est...