La Batalla de Manhattan.

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Hellousi. Aquí seguimos.

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-X-

Tan pronto regresaron al Hotel Plaza, Percy ordeno que guardasen la vasija de Pandora en la bóveda.

-No lo quiero cerca-explico-. Es una tentación muy grande para todos.

Se puso a trabajar con los heridos que aún quedaban. Sus habilidades de curación eran bastante buenas, tanto o mejores como las de los chicos de Apolo, así que fue bien recibido. Entretanto, envió a Luke, Clarisse y Beckendorf al Olimpo, a saquear los palacios de Ares y Hefestos en busca de armas, trampas y fuego griego. Habían traído grandes cantidades del campamento, pero después de apenas un día de batalla, sus reservas mermaron peligrosamente.

Aun contaban con unas pocas horas para el anochecer, pero estaban alertas. Zoe tenía a sus cazadoras en alerta máxima: sus mejores oteadoras y exploradoras les informaban incluso si los enemigos estornudaban.

Cuando pudo, hablo con Silena. La chica estaba muy sacudida, pero lista para regresar a la batalla.

Jake le daba informes cada tanto sobre la destrucción de los puentes. Los puentes Williamsburg, Manhattan y Brooklyn habían caído ante sus explosivos, y Zoe, de alguna forma, logro derrumbar el Túnel Lincoln. Eso dejaba libres a los chicos de Artemisa, Hermes, Apolo y Ares. Bueno, y los de Deméter.

-Es cuanto podemos hacer, Percy-se disculpó el chico-. Ya no hay más tiempo. Casi anochece.

Percy le dio una palmadita tranquilizadora en la espalda.

-Es más que suficiente-le aseguro, y no mentía. La mitad de su ejército ahora estaba libre, y podía emplearlo para fortificar otras zonas.

Zoe llego junto a él. Su rostro no auguraba nada bueno.

-Ellos cruzaron el Harlem, Percy. Mis cazadoras los retrasaron lo que pudieron, pero de poco sirvió. El ejército es inmenso. Y lo dirige un titán. Hiperion.

-¿Dónde?

-Central Park. Se aproximan desde el noreste.

-Convoca a los consejeros-ordeno Percy.

En la recepción, todos los campistas estaban reunidos. Los consejeros estaban alineados, esperando instrucciones. Por su cara, ya conocían las noticias.

-Si perdemos Central Park, los titanes estarán a solo unos kilómetros del Olimpo-anuncio Percy, porque siempre debía empezar de buena manera, claro-. ¿Listos?

-Tan listos como se puede-replico Luke-. Pero vamos.

-Las Cabañas de Afrodita, Hefestos y Atenea deben seguir defendiendo sus posiciones. Kronos tal vez trate de engañarnos para enfocar nuestra atención en Central Park, y colar otro ejército por la retaguardia. Las Cazadoras de Artemisa y la Cabaña de Apolo reforzaran sus posiciones. Las Cabañas de Deméter, Hermes y Ares vendrán conmigo a Central Park. Y convoquen a los espíritus de la naturaleza; los necesitaremos allí.

Los capitanes asintieron con seriedad.

-¡Bien, vamos! Buena cacería, muchachos.

Estuvieron en Central Park en instantes. Y apenas si tuvieron tiempo de acomodar las tropas cuando llegaron los enemigos.

En extremo norte del estanque la vanguardia enemiga salió del bosque: Hiperion comandando a una legión de Lestrigones con descomunales hachas de bronce. Detrás de ellos, surgieron centenares de monstruos de distinto pelaje.

-¡Posiciones!-gritaron Luke y Clarisse.

Los semidioses se prepararon. La idea era obligar al enemigo dividirse alrededor del estanque. Para llegar hacia donde ellos estaban tendrían que seguir los senderos, avanzando en fila india a uno y otro lado del agua.

Percy Jackson: El Hijo del Hestia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora