Llegada al deposito de chatarra.

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Buenas noches, gente... O madrugadas, o días, o lo que sea.

Para el siguiente cap se vienen cositas fuertes, lo reconozco.

Igual, espero les guste.

-X-

El resto del día se sintió como una prisión. El tren no se detuvo en ningún momento, de manera que no tuvieron más opción que arreglárselas en el vagón. Percy jugo cartas con Luke, y de alguna manera, lograron que Zoe se les uniera, con apuestas incluidas. La chica los destrozo. Evidentemente, sus muchos años le habían dado unos cuantos trucos que empleo bastante bien.

-Nunca volveré a apostar con ustedes-refunfuño Percy. Claro, Zoe había sido la máxima ganadora, pero Luke era un hijo de Hermes, de manera que se las había ingeniado para sacar una buena tajada de dinero.

Al atardecer Percy hizo aparecer la comida para todos, y cuando se dieron por satisfechos, cada uno fue a un auto.

Zoe y Phoebe reclamaron un Lexus de última generación, plateado, y aunque todos notaron que tenían una conversación bastante seria, ninguno lo comento. Luke tomo el Lamborghini, y jugaba a que era un conductor. Percy se reía de sus comentarios, mientras escuchaba música desde la radio.

Y Thalía...

-Espera aquí-le dijo Percy a su novio. Luke noto sus intenciones y asintió, los labios apretados en una fina línea.

Thalía escuchaba rock alternativa cuando Percy llego.

-¿Puedo?-pregunto, y la chica se encogió de hombros.

-Tus ojos son espeluznantes-dijo Thalía cuando Percy se sentó a su lado. Sus ojos, en efecto, brillaban especialmente aquella noche, y las llamas se salían de sus orbitas.

-Son lindos-corrigió Percy-. Y únicos.

-Sí, seguro Luke piensa eso-murmuro Thalía con cierto rencor.

Percy alzo una ceja ante aquel comentario, pero no dijo nada.

-Escucha, Thalía-dijo Percy, carraspeando-. Yo quería disculparme contigo.

Ahora fue Thalía quien alzo una ceja.

-Tenías razón en lo que dijiste-continuo Percy-. No debí suponer que todos tendrían la misma información y debí haberte dicho. Estamos juntos y...

-En realidad, Percy-Thalía suspiro, como si le costase-, ya lo sabía. Solo buscaba una excusa para pelear contigo. Lo siento.

-¿Por qué?-pregunto Percy, perplejo. Vale, Thalía y él no eran amigos del alma, pero tampoco se llevaban mal.

Thalía hizo un sonido extraño.

-Estoy celosa de ti, ¿bien?-replico ella-. Quiero decir, se supone que soy una hija de Zeus, el rey del Olimpo; es natural que todos busquen mi liderazgo. Pero no ha sido así. Desde que desperté del árbol, todos parecen pensar que lo natural es buscar tu liderazgo. Lo viste en el juego de captura la bandera, y esa estúpida de Zoe... pidiendo tu opinión en lo que respecta a la misión. Incluso Luke... Cuando desperté, pensé que mis dos mejores amigos estarían allí para mí. Pero, oh, sorpresa, no fue así. Annabeth es una traidora, y de pronto, solo tengo a Luke. O eso creía. Pero no, tampoco tengo a Luke, porque está muy ocupado siendo un cachorrillo enfermo de amor, siempre detrás de ti. Y yo estoy sola, ¿sí? ¡Y no creo que sea justo!

Soltó todo aquello sin respirar en ningún momento. Era evidente que deseaba decirlo hacía tiempo, y que era algo que la llenaba de rencor.

-No estás sola, Thalía-dijo Percy, ocultando bien su asombro. Naturalmente, sabia de los celos y el rencor de Thalía, pero los había subestimado-. Y cuando los campistas vean de lo que estas hecha, te buscaran a ti para liderarlos.

Percy Jackson: El Hijo del Hestia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora