Regreso al Campamento.

748 77 21
                                    

¡Buenas!

Me disculpo por el abandono de esta historia, pero la verdad, este capítulo se me hacía tan pesado de escribir porque es tan aburrido y, casi, de relleno. Pero ya en el siguiente aparecerá el juego de captura la bandera y la profecía, y podemos pasar a lo más interesante.

Disfruten.

000000000000000000

Apolo llego luego del alba.

-Es incluso más flojo en invierno-murmuro entre dientes Artemisa.

Hubo un gran destello en el horizonte y de repente una ráfaga de calor.

-Cierren los ojos-le advirtió Percy a los DiAngelo.

El calor fue agradable para Percy, que sin duda lo prefería al frio. Y cuando el destello se fue, un Masseratti Spyder descapotable de color rojo ocupo su lugar. Apolo bajo del asiento del conductor, y Percy parpadeo, pues nunca había notado su parecido con Luke. Tenían el mismo cabello rubio rojizo, el mismo cuerpo alto, fuerte y atlético, un aire juguetón y pícaro en sus sonrisas.

-Es guapísimo-susurro Luke, sonrojado, y Percy se rio.

-Lo es.

Ya había visto a Apolo, casi dos años atrás, pero el Dios del Sol seguía siendo un espectáculo para sus ojos.

-Está caliente-dijo Thalía.

-¡Hermanita! ¿Cómo estás? Nunca llamas, nunca visitas. Ya me preocupabas.

Artemisa suspiro.

-Estoy bien, Apolo. Y no me digas hermanita.

-¡Pero yo nací primero!

-¡Somos gemelos, idiota! Y yo ayude a nuestra madre a darte a...

-Esos son detalles sin importancia-Apolo no la dejo terminar, y escaneo al grupo-. Tienes a todas las chicas contigo, por lo que veo. Ah, ya entendí. ¡Quieres que les de unas clases de arquería! O tal vez comparta con ustedes mi secreto para tener un cabello como el mío. Mira, todo está...

-Apolo-replico Artemisa-. No te llame aquí para eso.

-Oh-Apolo abrió los ojos, y acto seguido alzo una mano. Artemisa cerró los ojos, frustrada-. Ya sé. Querían escuchar mis haikus.

Hierva en la nieve

Artemisa me ama

Yo soy muy guay

-Eh, Lord Apolo-Percy alzo una mano.

Apolo le sonrió al verlo.

-Bueno, hola, Percy-ronroneo, porque definitivamente fue lo que hizo, y le lanzo una mirada traviesa. Luke, a su lado, se tensó.

-Ese último verso tiene solo cuatro silabas-señalo Percy, ignorando el sonrojo en sus mejillas.

Pero Apolo no se dejó de desanimar. Miro a Percy de arriba abajo.

-Te has convertido en un joven excepcional.

-Esto es muy inapropiado-murmuro Thalía. Luke no dijo nada, solo apretó los dientes.

Artemisa gruño.

-¡Apolo! Te llame por una razón. Emprenderé una cacería sola, y necesito que escoltes a mis cazadoras al Campamento Mestizo. También a estos chicos.

-No hay problema, Arty. Yo me encargo.

-No me digas...

La diosa se detuvo. Suspiro.

Percy Jackson: El Hijo del Hestia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora