Wenas.
No se me ocurre que decirles, asi que bye.
-X-
Luke Castellan se esforzó en seguir. Tras caer por un túnel subterráneo con Bianca, habían sufrido ataques constantemente. Primero fueron ciclopes hambrientos con grandes porras, y luego, una turba de centauros salvajes. Les siguieron monstruos de brea, caníbales chupa sangre, jaurías de cancerberos y lestrigones. Incluso un dragón de Tracia que escupía ácido y mataba con la mirada.
Por poco salieron vivos de la mayoría de esos enfrentamientos. Habían consumido su límite de ambrosia y néctar, y por si fuera poco, perdieron la mayor parte de sus provisiones en el ataque de Kampe. Solo tenían una linterna, dos botellas de agua las cuales se agotaban demasiado rápido, unas pocas galletas saladas y vendas quirúrgicas. Eso, y sus armas.
Y mientras trataban de arreglárselas para sobrevivir, el Laberinto no dejaba de jugar con ellos en ningún momento. Los túneles se convertían en grandes salones y los salones en praderas, los caminos de tierra en grandes piscinas, y los techos se desvanecían para dejar a la vista un amplio cielo estrellado.
Y Percy y Nico... Luke trataba de no pensar en ellos. Saber que probablemente estaban muertos era demasiado, y necesitaba mantenerse fuerte por el bien de la misión.
Bianca no estaba de acuerdo.
-Si estuviesen muertos, yo lo sabría-afirmo, con la seguridad de alguien que sabe de lo que habla-. Y ese pozo, de todas formas, los llevaba al Inframundo.
Luke lo dudaba. Percy ni siquiera estaba seguro del pozo, y a diferencia de Bianca, si tenía experiencia con el Tártaro y el Inframundo. Y aunque hubiesen llegado al Reino de Hades... Allí abajo había una guerra civil entre dioses y titanes. No era un especial consuelo.
-Esperemos que tengas razón-dijo Luke, sin añadir nada más.
Una estela de polvo, humo y niebla los guio unos cien metros, hasta la entrada de una cueva. Había huesos humanos alrededor, como para dar una buena bienvenida.
-Espera-murmuro Bianca-. Este lugar...
-¿Qué pasa, Bianca?
En la entrada de la cueva, algo brillo. Un siseo resonó por las montañas. Una neblina blanca salió de la cueva como si alguien hubiera encendido un ventilador. En la niebla, una imagen apareció: Una mujer. Su lado izquierdo era completamente negro y endurecido como la piel de una momia. Su lado derecho era completamente blanco, como si se hubiera quedado sin sangre. Vestía un vestido y un chal dorados. Sus ojos estaban vacíos.
Bianca se derrumbó.
-Hija mía, mi dulce niña...-dijo el fantasma-. Morí cuando ambos eran tan jóvenes... y ahora recorro este mundo, buscándolos a ti y a tu hermano, presa del dolor...
-Madre-sollozo Bianca.
Luke no entendía lo que estaba pasando, pero Bianca parecía derrotada. Tenía que ayudarla.
-¡Basta ya!
El espíritu volteo hacía él y alzo una ceja, irritada.
-¿Y tus fantasmas?
Luke no sabía de lo que hablaba y así se lo hizo saber.
-Imposible. Todos tienen fantasmas, muertes de las que se sientes culpables.
Bianca seguía mirando al fantasma. Luke pensó en Thalía, la única cuya muerte lo afecto de sobremanera, pero incluso entonces...
-Estoy en paz con todos ellos. Sus decisiones, no mías. Deja a Bianca.
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Percy Jackson: El Hijo del Hestia.
FanfictionUn semidiós que nunca debió nacer..., Una profecía de muerte y destrucción..., Un mundo de dioses y monstruos..., Una oscura sombra de tiempos antiguos. Perseo, el hijo de Hestia, la Diosa del Hogar, con un solo grupo de leales y todo en contra, est...