||Cinquantasette||

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|57|No por compromiso: el momento llegó (parte 3)

–¡Betoooo!

Alberto volteó su cuerpo al escuchar a su vieja amiga, sonriendo en grande al ver como un auto bus bajaba una linda castaña de cabello demasiado corto, alzando la falda de su vestido morado para ir corriendo hacia él siendo seguida por una gran cantidad de niños de todas las edades que estaban emocionados de verlo.

–¡Bonnie! –exclamó alegre atrapando en sus brazos a la adolescente y alzándola en el aire.

Rápidamente el pecoso y la chica fueron acorralados por los niños que estaban ansiosos de ver al hombre que consideraban su hermano mayor casarse. Todos los pequeños utilizaban sus mejores vestimentas y varios habían hecho dibujos o manualidades al hombre. Scorfano sonrió sintiéndose querido mientras detrás de ellos y llegando de una manera más tranquila y recta la anciana directora acompañada por su hermana y la madre de Bonnie las tres vestidas de sus mejores –y conservadoras– galas. La directora de Sunny Side solo tuvo que aplaudir fuertemente para que rápidamente los pequeños se formaran en fila, haciendo que ella sonriera de lado al ver como a modo de juego Alberto se formara también –provocando varias risas en los pequeños que ocultaban sus risas bajo sus manitas– como los viejos tiempos.

–Me sorprende que tuvieron que pasar más de catorce años para que al fin fueras obediente –exclamó con una voz firme, pero sin borrar su sonrisa.

–Que puedo decir, soy alguien que aprende a su ritmo –le siguió el juego acercándose a la mujeres para abrazarlas con cariño.

Las abrazó a cada una con aprecio, a pesar que siempre peleaba con la directora; ella siempre lo trató bien e incluso después de ser adoptado, la anciana le daba completa libertad en visitarlos cuando quisiese. Las tres mujeres le desearon lo mejor, dándole todo su apoyo para que siguiera siendo feliz como lo es ahora. Él les indico cuales eran sus lugares e incluso había apartado varias sillas infantiles para los pequeños; quienes intentando no hacer tanto escándalo fueron a pasos rápidos a elegir los mejores asientos. Dejando a Alberto en la entrada de la ceremonia para que siguiera recibiendo a los invitados en lo que Luca llegaba.

Observo el enorme campo verde, donde tenía una vista envidiable al mar y su playa. Los adornos de colores templados y grisáceos que le hacía recordar al invierno frio en que conoció a Luca. No había ninguna rosa u otra flor que no sean las hortensias lilas, verdes, moras y azules que tanto les identificaba a él y su amado. El arco donde estaba el hombre que los casará, era precioso sacado de una película de invierno; las hortensias secas adornadas con varias decoraciones de bronce rosa y oro hacia que tuviera un aspecto fantasioso. Cosa que hacía que el fuera lo único que no encajaba por el tono carbón de su traje, pero no le importaba en lo absoluto, usarlo le llenaba de orgullo y hacia que se sintiera más nervioso ante la reacción del heredero de los Paguro. Además que tampoco encajaban sus padrinos al usar sus uniformes, algo que lo tranquilizaba un poco al no ser el único.

Se acomodó el saco de su traje junto a las hortensias de su bolsillo. No obstante, una encantadora sonrisa se instaló en su rostro al ver la furgoneta de estilo setentero estacionarse, rio de manera divertida al ver al invitado especial de él y su prometido bajar del asiento del conductor con un traje color morado oscuro y su cabellera rubia desastrosa, ahora se encontraba peinada para la ocasión. Al lado del psicólogo con apariencia de vagabundo se encontraba un hombre de piel oscura y aspecto formal –como si lo sacaran de un álbum de alguna banda de jazz–, se trataba de Joe un colega del trabajo y el mejor amigo del rubio. Moonwind se acercó a él extendiendo sus brazos para abrazar a uno de sus pacientes que junto con Luca le tenía un gran aprecio como ellos a él.

–¡Moonwind! –lo abrazó con fuerza, soltando una leve carcajada al sentir las palmadas en su espalda.

–¿Cómo te sientes, muchacho? –exclamó eufórico una vez que se separaron y lo sostuvo de los hombros.

No por compromiso ||LubertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora