||Otto||

270 49 23
                                        

|08|Huellas del ayer (parte 1)

No sabe cuánto tiempo dejó de prestarle atención al encargado de recursos humanos, solo para dedicarse en mirar disimuladamente a Luca bajo aquel semblante serio y desinteresado en el tema. El menor de los Paguro quien estaba sentaba al costado de su amada y respetada abuela se encontraba concentrado en la reunión de lugar de tomarle importancia a cualquier otra cosa. Pronto será el nuevo dueño y necesitaba mantenerse al margen a los eventos como reuniones.

Esa mañana del martes todos los encargados de las áreas de la empresa fueron notificados a una reunión de última hora para todo lo que se organizara esta nueva temporada de invierno. Hablando desde el trabajo en sí, los bonos hasta las tan esperadas fiestas de navidad y año nuevo. Los más serios de todos los presentes eran él y Paguro mientras que nonna se mostraba relajada con una sonrisa tranquila, no importaba su edad ella estaba siempre al pendiente en todo lo que sucedía en su empresa. Teniendo una personalidad muy distinta a su único nieto.

–Y eso es todo lo que se implementará este primero de noviembre –terminó de hablar Miguel Rivera mirando con firmeza a todos los presentes–. ¿Alguna duda?

Varios de los presentes levantaron la mano, a lo que el extranjero apunto a una de las mujeres del área de contabilidad. Alberto no mostraba ningún interés seguía perdido en su mente, al menos hasta que escucho lo siguiente, que llamo la atención de todos en especial de él y Luca:

–¿Habrá intercambios este año?

–Bueno...es una tradición de la empresa.

–Pero podrían arreglaros bien esta vez –habló con molestia uno de los hombres del otro lado de la enorme mesa–; todos estos tres años el señor Paguro y el señor Scorfano terminan juntos.

Scorfano soltó un gruñido bajo y más cuando los murmullos comenzaron que iban desde: "sus abrazos son los más incomodos", "ellos se odian", "ya no causa gracia", "arruinan toda festividad". Trató de no mostrarse irritado por los comentarios. Miro de reojo a Paguro; quien tenía un tic en su ojo derecho, claramente molesto por lo que escuchaba también mientras que nonna solo soltó una risa silenciosa como burlesca. Desde la primera navidad que festejo Scorfano como integrante de la empresa, le ha tocado a su nieto: la primera causo risas entre todos –ya que sabían del "odio" que se tenían ellos– fue demasiado incomodo abrazar a su ex después de todo lo ocurrido, el siguiente año la incomodidad aumento haciendo que todos la sintieran y desviaran la mirada, y el año pasado ni siquiera se abrazaron solo entregaron el regalo del otro con mala cara. Dejó de ser gracioso y para ellos era molesto.

Todos los murmullos cesaron cuando Luca irritado carraspeó su garganta.

–Como el año pasado y todos los anteriores; los nombres son completamente elegidos al azar y de manera anónima. Tanto el señor Scorfano como su servidor no tenemos nada que ver con el sorteo y menos el señor Rivera que hace su trabajo con seriedad para una mejor convivencia –aclaró con seriedad mirando de forma amenazante a todos los presentes. Causando ese aura de superioridad, elegancia y firmeza.

–No me parece lógico ya –habló el mismo hombre mirando a su jefe–, además usted conserva una amistad con el señor Rivera.

–Mi amistad con el señor Paguro es fuera de Pixar, dentro somos colegas y ya –afirmó el moreno seriamente–. Si toca de nuevo ellos juntos, no hay de otra que aceptarlo. Al parecer tienen una maldición.

–Simplemente son coincidencias. Ya intentaron el último año que yo y el señor Scorfano fuéramos los últimos en tener a quien regalar.

–Yo no tengo problema en que me toque de nuevo –habló por primera vez Scorfano mirando de reojo a su compañero; mostrándose igual de fastidiado de aquel tema–. ¿Usted lo tiene señor Paguro?

No por compromiso ||LubertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora