||Sette||

228 47 14
                                    

|07|Jodido destino

Portorosso, Italia, enero de 2011

–¡DIOS! ¡ERES UN MALDITO IMBÉCIL!

Con lágrimas en los ojos Paguro se zafó del agarre de su novio y antes que saliera de la habitación de él. Alberto lo persigue igual de enojado, dando pasos pesados por todo el pequeño departamento del mayor. Ambos se miraron con odio y dolor. Portando solo unos pantalones, habían interrumpido en medio de las insinuaciones cuando el mismo problema reaparecía para joderlos.

–¡¿IMBÉCIL, YO?! ¡YO NO SOY EL DEL JODIDO PROBLEMA! –le gritó con su rostro rojo de la ira.

Una nueva pelea surgió en la joven pareja, ambos mantenía sus ojos cristalizados. Odiaban estar enojados con el otro.

–¡¿Cómo puedes insinuar esas cosas asquerosas de mí?! –furioso le lanza una de las almohadas del viejo sofá.

Scorfano lo atrapó sin problemas para después tirarlo al suelo.

–¡Yo no estoy insinuando nada, yo sé lo que veo y ese maldito anciano te está coqueteando!

–¡Estas enfermo! Él no me está coqueteando, deja de ser tan celoso.

Molesto el pecoso se acercó y lo tomo con fuerza de sus hombros, obligándolo a que lo viera. Luca intentaba zafarse e irse de ahí, pero se quedó congelado al momento en que su novio se agacho solo para abrazarlo con fuerza.

–Sé que es tu profesor, pero no soy imbécil, él te mira de una forma asquerosa. No quiero que nada te pase –apenas logro formular sus palabras ante el doloroso nudo en su garganta.

Aferrándose con fuerza al pequeño cuerpo de su novio, las lágrimas cayeron por parte de ambos. Con sus manos temblando Paguro se aferró a su cuerpo ocultando su rostro en el cuello del más alto sintiéndose a salvó con aquel embriagante aroma de su perfume y cigarrillos.

–Él tiene más de cuarenta, yo sabría si me coquetea o no...él no es gay, está casado y con hijos, ¡Por dios, Alberto! –exclamó realmente enojado, pero sin llegar a alejarse de él– Creí que me apoyarías por mi amor a la astronomía.

Alberto se separó y limpio sus lágrimas con su pulgar, tocándolo como si fuera lo más delicado del mundo, desviando la mirada al suelo y suspiró decaído:

–Temó que pase algo entre ustedes, sé que soy un jodido celoso, pero sé lo que veo.

Luca tomó su mejilla para que lo viera directamente a los ojos, mostrando seriedad al asunto.

–No voy a acostarme con él –le aclaró acariciando su mejilla con cariño, sonriendo levemente al ver como él cerraba con suavidad su mirada dejándose consentir por el menor–. Nunca te engañaría, amore.

Él abrió su mirada con pesar sin atreverse a verlo. Luca sonrió con tristeza y dolor, tomó ambas mejillas con sus manos y lo acerco a él para llenarlo de pequeños besos; provocando que Alberto riera suavemente.

–Te amo demasiado, joder –exclamó depositando un largo beso en su mejilla antes de abrazarlo por el cuello.

–¿Estás seguro que no hay nada entre ustedes? –murmuró aun desconfiado mientras lo abraza de su cintura para atraerlo más.

–Que noooo, crees que me fijaría en un anciano cuando tengo a un novio guapísimo y muy sexy –dijo sonriente mientras lo miraba directamente a los ojos–. Estaría loco si pienso dejar a este hombre que me excita con una sola sonrisa.

No por compromiso ||LubertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora