||Trentuno||

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|31|Hermanos

–E-estas jodiéndome, ¿no? –su voz sonaba temblorosa y rota, retrocedió un paso hacia casi tropezándose con el escalón de la entrada.

Era una estúpida broma, ¿no? Después de veinte jodidos años esperándola viene con esa estupidez de que tiene un hermano del mismo infeliz. Después de tanto le dice que prefirió cuidar a otro hijo de lugar de volver a por él. ¿Es acaso que nunca le importo?

Su mirada verde se cristalizo mientras miraba con un océano de sentimientos negativos al joven, ambos eran tan idénticos que negarlo era tonto. Mariano solo desvió su mirada miel en lo que ayudaba a su madre a levantarse del suelo. Ella estaba tan avergonzada jamás creyó que volvería a verlo. No se atrevía a levantar la mirada para encontrarse con esos ojos verdes esmeraldas que había heredado de su padre.

–No bromeo, Mariano es tu hermano; los dos son hijos de Bruno. Si no te lo decía de una maldita vez, estarías jodiéndome como tu estúpido padre –le regañó apretando sus puños y molesta de que él estuviera allí.

Alberto intento calmarse, respiró hondo y pellizcó la fuente de su nariz.

–¿Cómo? –le recalcó furioso, pero antes de que ella hablara, Alberto le alzó la voz– ¿CÓMO ERES TAN MALDITAMENTE EGOÍSTA PARA ABANDONAR A UNO DE TUS HIJOS CON ESE INFELIZ E IRTE COMO SI NADA A LA OTRA PUNTA DEL PAÍS? ¿EN VERDAD ME ODIABAS TANTO COMO PARA HACER MI VIDA UN JODIDO INFIERNO? Y PARA EL COLMO, DESPUÉS DE VEINTIÚN AÑOS LO ÚNICO QUE ME DICES ES QUE ÉL ES MI HERMANO –apunto a Mariano; el joven estaba tan perdido y asustado ante todo lo que escuchaba, que simplemente retrocedió un pasos hacia atrás–, ¿QUÉ DIABLOS PASA POR TU DAÑADA CABEZA, MAMÁ?

–¡TU PADRE NO QUERÍA YO HUYERA CONTIGO, ME AMENAZÓ QUE NO DEJARÍA QUE ME QUEDARA CONTIGO, PORQUE NO VAS A RECLAMARLE A ESE IDIOTA BUENO PARA NADA!

–¡PORQUE PAPÁ ESTÁ MUERTO!

Los ojos castaños de la mujer se paralizaron al escuchar eso, parpadeo un par de veces bajando la mirada al suelo. Alberto respiró hondo y bajo la mirada.

–Papá dejó sus vicios y su mala actitud al ver tu carta, al poco tiempo renuncio a su trabajo y nos mudamos a Portorosso para iniciar de nuevo. Él cambio y lo hizo para bien, pero siempre me culpaba que tú te fuiste, porque no te detuve o no le dije con quién te fuiste. Él se enojaba porque creyó que te fuiste con otro hombre.

–Tu padre sabía que yo estaba embarazada –murmuró ella, levanto su vista hacia él, pero él solo rechazó su mirada compasiva y culposa–. ¿Cómo murió?

–Murió en el mar, cuando nos mudamos encontró un trabajo como pescador que no le daba mucho, pero si lo suficiente para cubrir los gastos de los dos, me dejaba en casa de una viejita y él se iba por semanas e incluso meses, pero un día simplemente nunca llego muchos decían que me abandonó, hasta yo lo creí todo este tiempo, pero su barco simplemente se extravió después de una tormenta. Nunca encontraron su cuerpo ni de los demás tripulantes.

De nuevo él volvió a tomar inhalar y exhalar para mirarla con seriedad.

–Me hiciste mucho más daño tú que él. ÉL CAMBIO –recalcó furioso cerrando su mirada con fuerza y apretando sus puños ante el odio que tenía hacia sí mismo–. Que lo único que me arrepiento es por odiarlo después de hacerme la vida imposible cuando tú vivías con nosotros. Odie su actitud por todos estos años, odie de que me dejara esperando en casa como tú también lo hiciste. Mi padre no era un santo, pero logro mejorar de lugar de huir como tú. Nunca le dije que lo amaba porque estaba molesto con él, él pobre llegaba cansado pero aun así me traía cosas para que yo estudiara y me regañaba cuando me portaba mal. Él nunca fue amoroso conmigo, pero al menos daba la cara –las lágrimas recorrieron sus mejillas al sacar todo lo que tenía acumulado. Sintiendo un gran odio hacia la mujer que le dio la vida–. Toda mi vida me odie y me culpe que tú me dejaras con ese hombre infeliz...pero ¿sabes qué? agradezco que me dejaras. Al menos mi papá murió dando lo mejor para mí.

No por compromiso ||LubertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora