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|02|Simples miradas

Portorosso, Italia, diciembre del 2009

La música resonaba a todo su resplandor, haciendo que los cristales de los edificios de su alrededor vibraran. Todos los estudiantes y aquellos colados a la fiesta se movían de un lado a otro. Haciendo aún más incómoda su primera experiencia con lo que era una fiesta universitaria. Sería la última vez que aceptaba acompañar a su mejor amigo quien le insistió tanto que lo acompañara para terminar siendo olvidado cuando Hiro se encontró con su crush.

Entre empujones y maldiciones salió del lugar con su vaso de ponche –claramente alterado–, al salir del edificio con ayuda de los faroles blancos de los jardines de la facultad de bellas artes, observo desconfiado su bebida; la cual no tardo de tirar en las jardineras del lugar. Deposito en embace en el cesto más cercano para después abrirse a su mismo ante la fuerte ráfaga helada que lo envolvía. La facultad se ubicaba en lo más alto de la ciudad, provocando que el fuerte viento de invierno lo atacara, pero también tenía las vistas más envidiables de todo Portorosso. Lentamente fue escabulléndose entre los jardines solitarios hacia el famoso mirador. Teniendo la suerte que solo se encontraba un joven sentado en el borde fumando tranquilamente con su mirada posada en el mar y el puerto.

Su joven corazón no pudo evitar latir con interés ante aquel joven con la mirada concentrada en el horizonte. No fue hasta que aquel joven volteo, quedándose sorprendido ante su presencia. Lo miro de pies hasta perderse en aquellos ojos marrones, provocando que Luca se sonrojara. Experimentando aquella calidez en su pecho. ¿Así se sentía el amor a primera vista?

Sin saber porque se acercó a él para apoyarse a su lado, mirando con fascinación las hermosas vistas de su ciudad. Aquel joven de piel bronceada se quedó maravillado por su silueta, su sonrisa, del como el helado viento de esa noche movía con suavidad su cabello –como las mismas olas del mar–. Luca lo miro de reojo, haciendo que su sonrojo se viera más notable.

–¿Tienes otro cigarrillo? –preguntó con sutileza mientras tomaba asiento en el borde.

–¿No eres menor de edad? –contra atacó con una sonrisa ladeada.

–¿Eso importa?

–No quiero ir a la cárcel.

Claramente no hablaba del cigarrillo. A lo que Luca rio suavemente para después sonreír coquetamente.

–No creo que te metan, apenas cumplí los dieciocho.

–¿Enserio? –exclamó realmente interesado acercándose a él– Es una lástima que solo tenga uno, ¿te molesta si lo compartimos? –le extendió su cigarrillo marca Andersen, provocando un leve sonrojo en el contrario.

–Para nada –respondió mirándolo a los ojos antes de tomarlo y darle una leve calada; expulsando el humo hacia el cielo. Todo bajo la mirada interesada de aquel joven de ojos esmeraldas.

No sabía porqué  le importaba tanto que esos ojos tan bellos se enfocaran tanto en él –como si lo desnudara con la mirada–. Quería seguir siendo visto por él. Jamás pensó que aquella noche seria el inicio de su apasionada relación. Que por desgracia no duro como ellos querían.

{...}

Portorosso, Italia, octubre de 2018

The night wet me se reproducía en su notebook cual posaba en las piernas de su mejor amigo. Hiro me mantenía concentrado escribiendo algo en ella desde el sillón grande de la sala en lo que Luca recostado en el pequeño sillón individual, terminaba de leer uno de los borradores de un nuevo proyecto de su trabajo mientras acariciaba el holgado cuerpo de su amado mastín napolitano negro. Su enorme y fiel amigo –que si se ponía de pie llegaba a superar a su dueño– se dejaba consentir por Luca; quien no le importaba no sentir sus piernas, nunca perdería la oportunidad de estar con adorado compañero.

No por compromiso ||LubertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora