Petunia... Dursley? JAMÁS

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1 de septiembre de 1974

— ¡Lily Evans! Suéltame de una buena vez o perderás el tren y si no te gradúas como una excelente bruja ¿Quién me ayudará a hacerme millonaria escribiendo novelas de fantasía para los muggles?

— Tuney, tu sabes que no podemos dejar que los muggles sepan de el mundo mágico.

— Mi dulce y tierna Lils, sabes que hay una laguna con el estatuto del secreto del mundo mágico y gracias a eso nos haremos millonarias. Ahora no más charla y anda, ve a hacerme sentir orgullosa

— ¿Prometes escribirme?

— Te escribiré tanto que te arrepentirás de haberme pedido que te escribiera— digo esto para después sacarle la lengua en un gesto burlón

— Te extrañaré, Tuney— dice mientras me aprieta aún más fuerte en un abrazo y a su vez la escucho susurrar— por favor sígueme queriendo como hasta ahora

Desconozco si lo dijo más para ella o para mí, sin embargo, sé cuál es su temor y reconozco que desde aquel último desmayo, el mío era muy similar al de ella...

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Sábado 29 de junio de 1974

El silencio entre los dos es demasiado asfixiante para mí, el tipo pareciera relajado y desenvuelto, honestamente intento encontrarle sentido a esto. Preferiría pensar que es solo un momento esquizofrénico y no algo real...

— Antoinette

Dirijo mi mirada a su rostro ante su llamado

— ¿Tienes alguna duda?— dice brindándome una enorme sonrisa

— ... ¿Esto es una broma?

— ¿Escuchas que me estoy riendo?— Menciona con una sonrisa burlona en sus labios

— Honestamente no puedo tomarte en serio. De hecho creo que finalmente me volví loca por lo que los Evans me encerraron en un hospital psiquiátrico y aquí hay de dos.—muevo mi mano para poder explicar los puntos con mis dedos— Número uno: eres un producto de mi imaginación que esta aquí para torturarme; o número dos: eres un enfermo mental demasiado invasivo y peligroso ¿Cuál eres?

Una carcajada sale de sus labios y eso me perturba, porque si mi segunda teoría es cierta significa que estoy en peligro

— Eres demasiado graciosa, niña— un suspiro sale de sus labios mientras se soba el estomago, que sospecho le dolió de su incesante risa— Relájate y escúchame atentamente

Se acerca a mí, por inercia retrocedo hasta topar con la cama y sentarme en ella

— Ya basta de bromas, Antoinette, debes recordar algo de tu realidad

— Y otra vez con lo mismo— inconscientemente ruedo los ojos exasperada— no tengo idea de toda esa basura que sale de tu boca, ya mejor dime ¿Dónde estamos? ¿Cómo se llama este lugar?

— No, no puede ser posible— le escucho susurrar

— ¿Qué es lo que tanto balbuceas, enfermo?

Ignorando mi pregunta anterior me toma por los hombros mientras me pregunta
— Antoinette ¿Qué es lo último que recuerdas?

—¡¡¡Diablos, suéltame que me asustas!!! No tengo porque responderte eso— intento zafarme de su agarre, lográndolo, para pararme y dirigirme a la puerta-Si este no me ayudará a aclarar mis dudas, mejor lo hago por mi misma. Necesito saber que pasó con los Evans- antes de que mis manos el sujeto me tomo en brazos— ¡Oye! bájame ahora o gritaré hasta que venga algún enfermero a sacarte