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Almilcares hizo acto de presencia en la acera de la casa Evans justo a las 12:21 am, estuvo fuera de casa y no fue hasta entrada la noche que recibió la carta, apenas leyó las líneas que le informaban de la muerte de Geraldine Evans, dejó la carta y se apareció frente a la casa. Entonces vio todas las luces apagadas, salo una. Pero no se veía si había alguien dentro y despierto.

Pensó en que podría entrar haciendo uso de magia, pero ni siquiera lo intento, ya que tampoco quería irrumpir en el lugar sin el permiso de su melodía, fue así que terminó sentado en las escaleras del pórtico, considerando que más opciones tenía.

Fueron dos horas las que estuvo afuera considerando sus opciones, hasta que el ruido de la puerta abriéndose le hizo levantarse y ver quien de las dos jóvenes Evans era. Grande su sorpresa al  no ver a ninguna de estas dos, si no a cierto pelinegro.

—¿Tu qué haces aquí?— fue el tono hostil que uso el joven Black lo que sacó a Amilcares de su estupor 

—Podría hacerte la misma pregunta Black, pero no seré inoportuno con preguntas estúpidas. Leí la carta de Petunia y quise venir a acompañarla, a ella y su hermana, en su duelo. Cosa que supongo también haces— le respondió con desdén 

Sirius Black, encendió el cigarro que tenía entre sus manos, cosa que sorprendió a Gasca, pero al final ese no ea su problema —¿No puedes hacer las cosas a una hora decente? Pudiste venir al amanecer— Le dijo como si fuera lo más obvio

Amilcares se encogió de hombros restando importancia a sus siguientes palabras: —Quiero estar para ella, por si necesita quien la mantenga firme. Ella es especial para mí y si puedo ayudarla a sobrellevar su dolor lo haré. No me importa esperar a que ella quiera hablar o ser abrazada... Sabes, ella dice que odia el contacto físico, pero disfruta de los abrazos y que acaricien su cabello mientras lee, dice que los besos son una expresión maravillosa de afecto y por eso gusta de recibirlos, ni siquiera nota que solo por ella todas esas acciones tienen sentido. termina con una tenue sonrisa

—Ella te gusta...— afirma el Gryffindor, recibiendo la contestación inmediata del Slytherin

—Para nada...

—Pero acabas de decir todo lo...— Iba a reclamar, pero es interrumpido

—Estoy enamorado de ella— fue una declarqación segura y sin titubeos que impresionó a Sirius —Parece que tu también sientes algo por ella ¿no?

Esta vez Sirius en respuesta a la sonrisa ladeada de Amilcares, resopló y volteo su mirada a algún punto en la calle. —Cierra la boca— escupió hóstil

Amilcares iba a responderle, pero nuevamente alguien salió de casa, esta vez fue la castaña, que se despertó por una pesadilla y decidió tomar algo de aire.

—Pero qué...— No pudo terminar su frase, porque Amilcares la abrazo en cuanto la vió —Ares ¿Qué haces aquí a esta hora? Ya van a ser las 4:00 am

Sirius decidió mantenerse en silencio, procesando la conversación que había tenido con el de mecha plateada.

—Mi melodía, lo siento tanto. De haberlo sabido antes habría venido a ti más temprano, yo solo, no sé quería estar para ti...

—Ares...— Ella se conmovió con lo que dijo, alzo su mano y la coloco en la mejilla de este, quien se permitió disfrutar del tacto que le ofrecia la castaña. A Black no le duro mucho el análisis porque en cuanto vió el acercamiento simplemente se coloco en medio para apartarlos

—Sí, Sí, muy amable de tu parte... Petunia, será mejor que entremos.— dijo dandole empujoncitos para que entrará a la casa

—Espera, Sirius.— le detuvo ella —¿Ares, has dormido algo?— preguntó preocupada

Petunia... Dursley? JAMÁSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora