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01 de enero de 1975
La mañana de año nuevo no inició de la forma más agradable para nadie en la casa Evans.
Durante el almuerzo nada parecía fuera de lo común, desayunábamos todos en silencio, pero pareciendo una completa familia normal después de una desvelada para recibir el año, sin embargo, algo que era completamente extraño, fue la frialdad con la que Harrison trataba a Geraldine.

Todo se debía a acontecimientos de esta madrugada. Cuando los Potter y compañía se despedían, listos para partir a su hogar, al parecer Sirius aprovechó para hablar con mi padre sobre el incidente de la cocina y lo injusto que era que me castigarán, omitió que fue Lily quien lo atacó, pues de haberlo dicho todo mi esfuerzo habría Sido en vano. Siendo esto el detonante de la discusión que se desarrolló entre ambos...

//Flash back//
—Niñas, a su habitación. Geraldine, a la cocina ahora —su voz gélida hizo que Lily y yo nos marcharamos a prisa, no sin antes ver la expresión cargada de indignación que mostraba madre

Una vez que parecía que ya no estaban más en la sala con cautela me dirigí a la cocina para escuchar la discusión que sostenían mis padres, asegurandome que mi hermana estuviese en su cuarto.

—Harrison, si vas a hablar sobre Petunia, bien merecido se tenía el castigo, quizás me excedí con la bofetada, pero...

Mi padre la interrumpió —¡¿Que?! ¿Te volviste loca? ¿Golpear a nuestra hija? ¿Siquiera le preguntaste la razón por la que golpeó al jóven? —Solto Harrison una pregunta tras otra alzando la voz

—¿Razones? Harrison esa chiquilla sigue siendo una jóven problemática, no puedes culparme por educarla —contesto con tal calma irritando a su pareja

—¡Maldita sea! ¡Tan solo escuchate, Geraldine! Hablas de ella como si no fuera tú hija. He pasado por alto tantas cosas contigo, por el bien de ella, para no darle una culpa que no le corresponde, pero esto es el límite —finalizó con un suspiro, en ese instante me di cuenta que no era solo el gran amor que Harrison le tenía a Geraldine lo que le daba la paciencia para no alterarse y saltar en mi defensa cuando de mi relación con ella se trataba, lo hacía por el amor que tiene hacía mí como su hija y eso solo alento mis lagrimas.

—¿Límite? ¿A caso vas a divorciarte de mí? —preguntó alterada 

Padre ignoro sus preguntas y continuo —Si tan solo dejaras de lado tus prejuicios hacía esa niña, ella te habría contado lo que pasó estás vacaciones, sobre como el jóven y "galante" Black terminó manoseando a mi hija— mencionó cargado de ironía

— Debe ser una mentira de ella, capaz y lo incitó a ello, pero como siempre, ahí vas tú, a creerle a la señorita— réplica molesta

—Eres malditamente imposible, Geraldine.¿Cómo no voy a creerle? ¡ES MI HIJA! Y ni siquiera fue necesario que dijera algo, yo ví todo. ¿Por qué eres así con ella? ¿Cuándo te volviste esta mujer?

—Siempre he sido así, Petunia no es una perita en dulce, además es Lily quien más nos necesita, ella es de un mundo diferente y tenemos que estar con ella, alentar sus amistades, no espantarlas con groserias y violencia ¡Tal como lo hace tu querida hija! —Gritó, desatando aun más mi llanto. —Padre iba a decir algo más, mas ella lo interrumpe — Basta ya, Harrison. No quiero seguir discutiendo por exageraciones, le pediré disculpas a Petunia si eso calma tu sentir, pero no espere que le quite el castigo— la respuesta que ella da es simple, en su tono le resta importancia para poder zanjar el tema.

— No se trata solo de las disculpas y no ignores mi pregunta, ¡responde! ¿Por qué la indiferencia? ¿Por no tener magia?

— ¡DIJE QUE BASTA!— Grito ella y escuché pasos acercarse por lo que me oculte detrás de un mueble para seguir escuchando

Petunia... Dursley? JAMÁSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora