Petunia... Dursley? JAMÁS

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—Visitanos más seguido, por favor Petunia. Es agradable conocer a una dama tan educada— menciona amable el abuelo de Ares

—Joshep tiene razón. No necesitas de nuestro ingrato nieto para eso, tu solo envía una carta y facilitaremos el viaje para ti; o quizás podrías enseñarnos de cosas muggles para entrenernos y pasear juntas. Lo que quieras, querida.— dice la mujer tomandome de las manos

—Marissa, Joseph les agradezco de verdad que me recibieran en su hogar— digo algo apenada por su exceso de calidez y amabilidad

—Sabes que podrías quedarte para siempre si te casas con Amilcares ¿verdad?— dice Marissa a lo que yo me sonrojo y escucho a Gasca soltar una carcajada. Solo volteo a  verlo para que me ayude, esperando que no diga lo mismo que en el almuerzo

—Vamos, abuelo. Controla a la abuela o hará que la cara de Petunia explote—dice con burla, mientras su abuela estaba lista para replicarle —Además, ya llegará el momento  

Después de escucharle decir eso, me arrepiento de haberle pedido ayuda —Uhm yo, ya debo irme. Mi madre y hermana me esperarán en casa

—Oh claro, claro. Bueno, vengan pronto a vernos y por favor, querida: cuida de mi niño, es algo atrevido, a veces algo tonto, nunca sabes si esta de buenas y a veces no le gusta bañarse; pero es un buen jóven.— ella me abraza. Se escuha la risa de Joseph mientras yo intento contenerme ante la expresión atónita de Amilcares

—¡Basta ya abuela! Pareces mi enemiga. Nos vamos.— se despidio de sus abuelos, tomo mi brazo y, ya sabiendo lo que se venía me llevó a la cochera de mi casa donde finalmente me solté a reír. —Deberías olvidar eso que dijo...— dice apenado 

—¡Jamás!— nuevamente río un poco antes de continuar —¿Quién diría que no te bañas?— le digo burlona

—¡Oye! Que no me guste bañarme no significa que no me bañe... Grosera

—Yo no soy una grosera, consideralo mi venganza por decir que solo esperabas a que yo dijera que sí para casarnos —le digo rodando los ojos

—Bien, supongo que me lo merezco— responde simple encogiendose de hombros. —No te enojes demasiado mi melodía, solo tanteaba terreno

—Espera ¿Qué? ¿De qué ha...— no me deja terminar mi pregunta porque inmediatamente dice que se tiene que ir, rápidamente besa mi frente y desaparece frente a mí —Si que eres un ingrato, Ares— digo a la nada y entro a la casa para avisar que he llegado.

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Marzo de 1977

Hogwarts

A James Potter le había tomado tiempo hacerse a la idea de que sus sentimientos por cierta pelirroja iban más alla del compañerismo y la amistad. fueron un par de meses de conviviencia entre ambos lo que fomento el afecto y ahora se encontraba en una encrucijada ¿Cómo decirselo? Para él ella era lista, hermosa, valiente, habilidosa y un sin fin de cosas más que podría llenar metros y metros de pergamino. Había momentos en los que pensaba que no sería posible que ella se fijará en él, pero si algo fue enseñado por sus progenitores es que se lucha por aquello que vale la pena: es así que hoy se encuentra en la casa de los gritos a punto de decirle a sus amigos su mayor secreto, no tan secreto, que es su afecto por la pelirroja Evans.

—Antes de comenzar, les juro que si se ríen los dejo calvos y sin dientes...— inició a modo de amenza, pero ninguno de los demas le tomó muy en serio, a pesar de ello se mantuvieron estoicos, excepto Peter que comenzaba a aburrise —Bien yo, Me gusta Lily y quiero declararle mi afecto, pero no sé de que forma.