Petunia... Dursley? JAMÁS

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En el trayecto de la casa a la escuela para el recital, todo fue en absoluto silencio, no era un silencio incomodo, pero tampoco era algo agradable cuando nuestra dinámica usual es ir hablando de cualquier cosa. Me digo a mi misma que despertar como una Evans no fue malo, tener una hermana menor es emocionante. Que padre sea alguien presente en cada aspecto, y no solo en lo economico, es increíble; y en cuanto a madre, podría decir que ella es una mujer estricta y distante, las muestras de afecto no son su fuerte...

... Al menos no conmigo

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Una vez que padre y yo llegamos al auditorio, él busca su asiento en primera fila y yo me marcho detras del escenario para prepararme. Por cuestiones de estética debo usar un atuendo proporcionado por el club de corte y cofección, que consiste en un vestido blanco corte corazon de un solo tirante cuya falda esta hecha de dos telas diferentes, el forro como primera capa y un tul brillante, con un poco de prederia, que adorna la capa superior y es del mismo diseño en la blusa, con detalles florales atravesando la falda, dando un efecto asimetrico. Sin duda un diseño precioso, inspirado en el vestido de la princesa Margarita de Inglaterra.

Al ser un evento escolar, mi actuación no es la única que será vista, también participan los de teatro, danza, canto y una participación especial por los niños y niñas de un preescolar, sin embargo, yo cerraría el evento tocando en piano una pieza a mi elección.
Si bien no soy la única en el taller de música, mi obsesión por aprender me ganó una participación como solista y no en conjunto con mis compañeros ¿Premio o castigo? 

Las horas transcurrieron hasta que finalmente dió mi turno, me encontraba demasiado nerviosa, había visto las actuaciones de mis compañeros y ponían demasiada dedicación a ello. Cuando finalmente estuve frente al público vi a Harrison sonreír y darme animos de manera silenciosa, su mirada de orgullo sanaba el vacio del asiento a su lado. 

Una vez sentada en el banco frente al piano comienzo a pasar mis dedos por las primeras teclas, la melodia interpretada es "Let It Be" del grupo favorito del profesor, y a decir verdad, es de ese tipo de canciones que te ayudan a consolarte y aceptar las cosas como vienen, pero si pienso en ello para mí,  eso no significa que dejen de doler...

En este momento, mientras la música invade el auditorio, no puedo evitar pensar en cuanto me ha costado llegar a estar bien con esta vida, hay noches en las que me llego a preguntar como era mi otra realidad, si es que tenia una madre que me amaba; me pregunto: si no tenía que rogar por su amor; o si tenía otras hermanas, hermanos, que fueran más merecedores de amor que yo.

Recuerdos de mis meses junto a Geraldine y Harrison se hacen presentes como si de una película se tratase. Imágenes donde Geraldine me acusa de revoltosa por entrar a un taller que la escuela catalogaba solo para hombres; de como ella me comparaba con Lily; de como me restregaba mi falta de magia, entre otros tantos que de continuar numerandolos sería imposible terminar la pieza. En todos y cada uno de esos momentos Harrison intervenia para sanar lo que él no había roto y abogar por su esposa, pero al final de día eran heridas que dejaban cicatrices.

Mientras continuo con la melodia, dejo que el sonido me envuelva y me absorba, evito ver al escenario, pues se que buscaré a quien no esta... "Dejalo ser" me repito ante la melodía sin letras. Entre más avanza, la opresión en mi pecho se hace presente, donde iría cada "Let It Be" pesan más las notas, pues solo sigo pensando que con el pasar de los meses soy como un cachorro que su marido e hija recogieron de la calle y ella permitió que tuvieran con la condición de no tenerle cerca. ¿Pude ser tan mala hija que no merezco el amor de mi madre?

Sin esperarlo, las lagrimas inundan mis ojos y nublan mi vista, el nudo en la garganta es demasiado, me estoy perdiendo ¿Qué haces cuando esperas algo y nunca llega?