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DÍA 1

Amilcares Gasca finalmente se había graduado de Hogwarts. Había tomado la decisión de incursionar al mundo muggle, conocer de este: las personas, costumbres y avances. Como sangre pura su padre jamás le permitió tener trato o relación con aquellos que consideraba inferiores; su madre había fallecido al darlo a luz, por lo que solo fue criado por sus abuelos maternos y su padre, quizás al principio pudo dejarse llevar un poco por esas ideas de supremacía, sin embargo, sus abuelos siempre le recordaban lo que en realidad era importante: la magia misma.

Solían decirle que la magia estaba en todos y cada uno de los seres que habitaban el basto universo, en algunos despertaba con fuerza y en otros, desafortunadamente, no despertaba. Crecer de la manera en la que lo había hecho hasta ahora no era fácil, una vez muerto su padre sus abuelos se hicieron cargo de él, completa y absolutamente, permitiendo que crear un criterio propio en el que no discriminaba entre muggles, impuros o sangre pura.

Por eso, su regalo de graduación fue unas vacaciones recorriendo algunos lugares muggles y mágicos, antes de tomar rumbo de su vida: ya sea el negocio familiar, vivir cómodamente sin hacer nada o dedicarse a cualquier profesión que quiera tomar. Jamás esperó, que en su primer destino, se encontraría con la misma chica con la que había chocado en el anden el año pasado, aquella señorita que llamó su atención.

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PETUNIA

La mañana había sido algo estresante, cada uno de los concursantes en el área de música practicaba en cubículos insonorizados para las personas alrededor, de los participantes de la categoría de arte todos recibían un taller en el auditorio; finalmente los de danza se dividían el uso del espacio por cada hora y media se hacía cambio de grupo, siendo un total de 5 grupos de danza.

El horario de actividades inicia a las 10:00 am terminando mis practicas justo a la 1:00 pm a tiempo para comer y salir a dar una vuelta, al no venir con alguno de mis padres, no puedo alejarme mucho y de ser así debo ir acompañada, en este caso, los padres de Damian me ofrecieron acompañarlos a un museo, cosa que acepté, así la familia me llevo con ellos, pero en algún punto me separé de los 3, en realidad no me preocupaba, pues quedamos de vernos en el restaurante frente que cruza la calle. Por lo que continúe con tranquilidad hasta que choque con alguien.

—De verdad discúlpeme, venía distraída— dije rápidamente, sería un gran problema si la persona con la que me disculpo no habla mi idioma ahora que lo pienso...

—No debería ser una costumbre toparnos así— Esa voz me parece familiar, por lo que miro con quien me he chocado.

—¿Disculpa? Te estas confundiendo— suelto confundida 

—Me presente en el anden 9 y 3/4 el año pasado, yo te empuje por accidente...— dice algo apenado

—Uhm, lo siento, no te recuerdo... Pero igual disculparme, me tengo que ir— me di la vuelta lista para marcarme, pero él tomó mi brazo y me detuvo.— ¿Acaso eres un acosador? —cuestione molesta mientras tiraba de mi brazo para zafarme

—No, no, yo lo siento. Es solo que quisiera hablar, no sé...—Desvía la mirada mientras su mano se posa en su cuello—Diablos parezco un idiota... 

—De hecho sí, no debes tocar a las personas sin su consentimiento— Me suelta inmediatamente. Suelto un suspiro, de algún modo este tipo no parece malo o desagradable -Aunque puede que sea igual de doble cara que Snape- por unos segundos lo considero y decido darle el beneficio de la duda — De acuerdo, entonces ¿me viste en el anden y chocaste conmigo?— El asiente con la cabeza rápidamente —¿Estudias en Hogwarts?

Petunia... Dursley? JAMÁSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora