Seguí mi camino por el pasillo de bebés. Miraba muchas cositas pequeñas que estaban bonitas y tiernas. Siendo sincera me quería llevar todo. Pero por una parte también sentía rara, porque pensaba era algo pronto para estar comprando cosas para el o la bebé.
Pagué las pocas cosas que había comprado. Al salir de la plaza coloqué las bolsas en la cajuela del coche, y conduje a la casa de Alfredo. Donde viviría por tiempo indefinido, porqué meramente así lo decidimos... O bueno, más bien. Así lo decidió él.
También accedí hacerlo, porqué se excusó que mis padres necesitaban algún lugar en donde quedarse mientras su estancia en Culiacán. Y porque al enterase que serían abuelos, rápido empezaron hacer planes de venir a estar una temporada aquí, o bien, que yo me fuera con ellos.
FLASHBACK
- ¿Nervioso?. - le pregunté viéndolo.
- ¿Yo?. - preguntó y bufó - Claro que no... Por qué, ¿Se me nota? - dijo cambiando su cara, a una preocupada.
Reí. - Y se escucha... - aclaré.
- Es que... - suspiró - Que van a decir tus papás, Emi. - empezó a tronarse los dedos. Si estaba nervioso. - Van a pensar que me aproveché de ti, o de su confianza.
Lo miré obvia, para tratar de calmarlo.
- Jesús. Te voy a decir las mismas palabras que me dijiste cuando nos tocó decirle a tus papás... Ellos van a estar felices. Es su primer nieto y, te quieren mucho. - sonreí.
No mentía. Realmente mis papás querían y apreciaban mucho a Jesús. Hasta a los chicos, la señora Alejandrina y don Joaquín. Ellos nunca les hicieron el feo, por ser la familia que son.
- Bueno. Esperemos. - trató de sonreír.
- ¿Listo?, ya les estoy marcando. - dije sosteniendo mi celular, con el fin de que ambos nos pudiéramos ver en la pantalla.
Luego de tres timbres, compartíamos la pantalla con mis papás. Al verlos me puse más nerviosa de lo que estaba. Me atrevería decir, que más que Alfredo.
- Amor. Que bueno verte. - dijo papá sonriendo.
- Igual, papi. Que bueno verlos.
- Alfredo. Hijo, ¿Cómo estas?. - ahora habló mi mamá.
- Nervioso. - susurré, riendo bajo.
Jesús sólo volteó a verme abriendo grande los ojos.
- Muy bien señora, excelente.
- Que bueno, mi niño. - contestó mamá.
- Hey... Sólo a mi me puedes decir así. - dije demandante.
- No te pongas celosa, cariño. A los dos los queremos. - dijo - Pero bueno. Creo recordar, haber dicho que necesitabas contarnos algo. ¿Qué pasa, mi niña?.
- Umm... - empecé a titubear, mientras miraba a Alfredo.
- Bueno, aparte de saber como estaban y saludarlos. - habló - Les queríamos decir que - aclaró su garganta - Que Emi y yo... Vamos a ser papás. - sonrió algo apenado al decir lo último.
¡Vaya!, no era tan difícil.
La cara de mis padres, no producía ninguna reacción. Pues aún seguían en la misma postura de hace unos segundos. Eso me preocupaba.
- Van a ser abuelos. - dije sonriendo.
Seguían igual.
Algo preocupada, volteé a ver a Alfredo. Quién ya estaba viéndome algo confundido.
- Mi bebé. ¿Va a tener un bebé?. - por fin habló papá.
Observé que mi mamá se había llevado sus manos a la boca, mientras que sus ojos se ponían brillosos.
Y sobre mi respuesta, a lo que preguntó papá. Sólo asentí. Mientras intentaba que mis lágrimas no salieran. Pero las hormonas me traicionaron, al ver a mis papás abrazarse. Sin duda estaban felices por la noticia.
- Ay, mi amor. Qué te diré. - habló mamá limpiándose las lágrimas. - No saben lo felices que nos hacen con esta noticia.
- Muchas felicidades, mi vida. Felicidades a los dos. - dijo papá.
- Y por qué no me habías dicho que estaban en una relación, Emilia. Pensé que nunca se darían cuenta, o intentarían. Si desde niños, se lo demostraban. - sonrió.
- Eh... De hecho, mamá. - volví a ver a Jesús - Alf y yo, no somos novios. - sentía la mano de Alfredo, apretando la mía.
- ¿Cómo?, o sea... ¿Entonces?. - preguntó confundida.
- No importa, Marcela. - habló papá
- Cierto, Raúl. Luego hablaremos de eso. - volvió a sonreír - No puedo esperar para llegar a Culiacán. - habló mamá suspirando.
Seguimos hablando y haciendo planes para cuando llegaran. Pues la fiesta sería ese mismo fin de semana que llegarían, a parte que también se quedarían para la fiesta de cumpleaños de Archivaldo. Que él mismo los invitó.
FIN DEL FLASHBACK
Y si, no podía dejarlos quedarse en un hotel, cuando estaba mi departamento para su mejor comodidad. Además, de cierta manera, me agradaba la idea que Alfredo pudiera vivir de más cerca junto conmigo el embarazo.
Minutos después, llegué a la casa. Al bajar en la entrada, los muchachos me ayudaron con las bolsas. Más que nada era por orden de Alfredo. Quién les pidió que cuando él no estuviera presente, no dejaran que hiciera algún esfuerzo que nos pudiera hacer mal.
Siempre de exagerado.
"- No era broma cuando te dije que siempre cuidaría de ti, Emi. - me abrazó - Y ahora más que nunca, cumpliré mi promesa. Yo cuidaré de ambos. - sonrió."
Sonreí al recordar lo que me había dicho, cuando me convenció de venirme a vivir con él.
Entré directamente a la sala, quitando con mis pies los tenis que traía puestos. Dejando sentirlos libres, y frescos al pisar el suelo sobre mis calcetas. Me tumbé completamente sobre el sillón, descansando y relajando mi cuerpo.
Abrí un ojo, al escuchar a lo lejos la voz de Alfredo hablar. Muy probablemente una de sus tantas llamadas. Volví a cerrarlo, pero al instante abrí ambos ojos al escuchar otra voz en el mismo lugar. Era la voz de una mujer.
Presté más atención sobre, de dónde venía. Me puse de pie siguiéndola, y acerté al escuchar que provenía de la planta de arriba, en algunos de los cuartos. Trataba de reconocer la voz, pensando que podría ser de alguna de sus hermanas, o incluso la señora Alejandrina. Pero no, era muy diferente. Subí a la parte de arriba, haciéndome como si no escuchara nada. Pero la verdad, la duda me estaba carcomiendo.
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Más que Amigos - JAGS
Random- ¿Toda la vida?. - Toda la vida. 🔜 Noviembre 10, 2022 🔚 Enero 22, 2023