Una vez, más cerca. Giré mi vista hacia donde estaba él, encontrándome con su mirada.
— Emi. — sonrió — Mira esto. — señaló uno de los portarretratos — ¿Te acuerdas?.
Éramos el y yo en la foto.
— Nuestra cena de graduación de la prepa. — sonreí tomando la foto — Caro que sí. Cómo olvidarlo.
— Y, ¿Recuerdas lo que pasó esa noche?. — me miró divertido.
Solté una leve carcajada, y asentí.
— Sii. — sonreí — Encerraste a Isabel en el baño, ¿Qué necesidad, eh?. — lo volteé a ver.
— No se me quitaba de encima. — se excusó.
— Y luego me tuve que hacer pasar por tu novia, para que te dejara en paz... — recordé.
Ambos nos quedamos algunos segundo en silencio. Hasta que él habló.
— Quién diría que ahora tendríamos un hijo. — soltó y suspiró — Emilia... — habló queriendo tomar mi mano. Pero fui más rápida.
— Con permiso. Iré por Alejandro. — dije yéndome antes de que pudiera continuar.
Avancé lo más rápido que pude, sin la necesidad de correr. Tampoco quería llamar la atención de nadie.
Llegué a dónde anteriormente estaba con Adriana e Irene, pero la primera no estaba. Y en su lugar, se encontraba Grisel.
— ¡Emiliaa!. — exclamó Gris, mientras levantaba los brazos — Ven, wey.
Evidentemente, ya estaba ebria.
— ¿Cómo andas?. — le pregunté.
— Andamos, que es lo importante. — respondió arrastrando las palabras.
— ¡Llegó el Mariachi!. — dijo en lo alto, Ale.
De la puerta salieron varios tipos con trajes color blanco e instrumentos en mano, poniéndose al rededor en media luna, mientras tocaban las mañanitas.
Don Joaquín tomó la mano de Alejandrina llevándola al centro. Se veía bastante contenta.
— ¡Ealee!. Fiestero como todo un Guzmán. — gritó Gris al ver a Chuyito "bailando" en los brazos de Ale.
...
Pasaron un par de horas, y aún el mariachi seguía tocando canción, tras canción. No se me haría raro que después fueran atraer banda, para seguir la fiesta.
— Esa mera, ¡Esa!. — se escuchó la voz de Ovidio emocionado.
— Arránquese, pues. — ordenó Iván.
Al empezar la canción, traté de distraer a Alejandro con el sonido de la música. Pareció funcionar por el momento.
— Te vas, porque yo quiero que te vayas, a la hora que yo quiera te detengo. Yo sé que mi cariño te hace falta, porque quieras o no, yo soy tu dueño.
Las voces de Iván, Ovidio, Joaquín y Alfredo se escuchó al ritmo de la música. Y quienes estábamos ahí, les empezamos a aplaudir animándolos.
Mientras Iván utilizaba el puño de Ovidio como micrófono. La mirada de Alfredo conectó con la mía, sin dejar de cantar.
— Yo quiero que te vayas por el mundo, y quiero que conozcas mucha gente. Yo quiero que te besen otros labios, para que me compares, hoy, cómo siempre. — corté el contacto visual. No pude sostenerle la mirada.
Todos disfrutaban del show que Ovidio e Iván, les estaban dando. Pero sólo Alfredo yo, sabíamos de nuestro momento. O eso creía.
— Si encuentras un amor que te comprenda, y sientes que te quiere más que nadie. Entonces yo daré la media vuelta, y me iré con el sol, cuando muera la tarde.
Sentí que Alejandro se empezó a remover en mis brazos inquieto, mientras hacia pucheros.
Era la excusa perfecta para irme.
— Voy adentro, Gris. — le hablé cerca de su oído — Landito, seguro tiene hambre. — esperé a que dijera algo, pero sólo asintió, sin mirarme.
Acosté en el sofá a Alejandro, mientras le preparaba un bibi.
— Espérame, hijo. — dije desesperada al escucharlo llorar.
Haciendo malabares lo volví a tomar en mis brazos, mientras agitaba el biberón.
— Ya, ya... — lo calmé poniéndolo en su boquita, y al instante empezó a succionar de este haciéndome reír.
— ¿Si traía hambre, Chuyito?. — se escuchó la voz de la señora Consuelo, sentándose frente a nosotros.
— Siii. Y eso que es la tercera vez que come, desde que llegamos aquí. — expliqué.
— Igualito a su papá y abuelo. — dijo con cierta nostalgia.
— ¿Sí?. — pregunté y ella asintió.
— Mija... No quiero parecer metiche, pero, ¿Tienen problemas tu y mi nieto?. — preguntó viéndome.
— Pueess... — me interrumpió.
— Algo así me contó mi Ratoncito. — agregó.
"Pinche Ovidio, mitotero." Pensé.
— Pues, de hecho... No le voy a mentir, si discutimos hace algunos meses atrás, pero. — hice una pausa para pasar saliva — Estamos bien. Todo sea por el bien de Alejandro.
— ¿Y el de ustedes?. También tienen que estar bien, por ustedes... Pasaron de ser uña y mugre, a estar cada quién por su lado.
— Son cosas que pasan... Supongo. — dije buscando alguna excusa.
Negó.
— No mija. Todo tiene solución, sólo es cuestión de quitarnos ese maldito orgullo que... híjole, como nos detiene para todo... — suspiró — Pero, por favor platíquenlo. Es por el bien del niño, pero sobre todo, por el bien de ustedes dos. No echen a la basura tantos años juntos.
Asentí. — Gracias, señora. — le sonreí.
— No es nada, mija. — acarició la cabecita de Alejandro — Piénsalo. — dijo por último, para luego irse.
Respiré hondo, soltando por la boca.
Tal vez y tenga razón.
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Más que Amigos - JAGS
Random- ¿Toda la vida?. - Toda la vida. 🔜 Noviembre 10, 2022 🔚 Enero 22, 2023