— Y bien mis, amores. ¿Cómo les fue en su primer día de clases?. — preguntó Emilia a sus dos hijos, mientras se acomodaba en la silla para poder comer.
— A mi muy bien, mami. — respondió el mayor de los Guzmán Palencia — Mis amigos y yo jugamos básquet contra los niños grandes de tercero, y les ganamos. — contó emocionado.
— Es todo, campeón. — le dijo Alfredo a su primogénito, chocando puño con él. — Todo un Guzmán, chinga'o.
— Y tú, amor. — preguntó Emilia a su hija de tan sólo cinco años — ¿Hiciste amiguitos en tu nuevo kínder?.
Zoé era el mismo retrato que su madre, de hecho siendo tan pequeña, había desarrollado algunos de los tics y muletillas que utilizaba su progenitora. Incluso, había heredado la timidez y el corazón de pollo de Emilia, como lo decía Alfredo.
Las tres miradas se dirigieron a la pequeña de la casa. Quién se puso algo nerviosa ante esta acción de sus padres y hermano.
— Pues, sólo hice uno, pero al final si nos hicimos muy buenos amigos. — dijo con una sonrisita — Fue el único que se acercó a hablarme, de mis demás compañeros. Todos me veían raro. — respondió con timidez.
Alfredo y Emilia se voltearon a ver sorprendidos, al final regalándose una sonrisa.
— Cuidado con que el chamaco miado ese, te quiera llevar a Cancún algún día. — Alfredo le dijo a su pequeña, un tanto "celoso".
Emilia lo codeó, pidiéndole compostura. — Amor.
— ¿Qué?. Mi niña, siempre va a ser mi bebé. — chistó — Hasta crees que no nos conocemos entre hombres.
— ¿Por qué a Cancún, papá?. — preguntó Landito.
— Ehh. — Emilia no sabía que responder.
— Pues digamos que... — carraspeó su garganta — Bueno, supongamos que no todos los bebés vienen de París. Por ejemplo, tú vienes de Cancún.
— ¡Jesús!. — reprochó Emilia.
— Pero no te preocupes, princesa. Yo, tu hermano Jesús, y tus hermanitos, siempre te vamos a cuidar, ¿Okay?. — dijo tocando el vientre abultado de Emilia.
— Si, papi. — la pequeña Zoé le regaló una sonrisa a su papá.
Misma que siempre lo dejaba embobado.
— Te amo. — dijo viendo a su pequeña.
...
Emilia salió del baño de su habitación, apagando las luces que quedaban prendidas en ella.
Algo cansada se metió entre las sábanas y cobijas que estaban tendidas en la cama que compartía con Alfredo. Se dio la media vuelta sobre su mismo lugar, dejando ver completamente a su esposo. Ella pasó su brazo, por encima de su pecho rodeándolo; dándole una especie de abrazo, mientras lo observaba con detenimiento.
Él por su parte no lo dudó, y también la abrazó, depositándole un beso en la cien de Emilia. Todo esto lo hizo, sin quitar su vista de algún cierto punto de la habitación.
— ¿En que tanto piensas?. — le preguntó Emilia, mientras pasaba sus dedos sobre la creciente barba de Alfredo.
— Nada, chaparrita. — dijo de lo más tranquilo.
— Sí, claro. No por nada te vas en viaje astral... Anda, ¿Qué pasa?. ¿Es tu trabajo?.
Dio una pequeña risa. Podría decirse que hasta con ternura.
— Tal vez suene tonto, pero... — sonrió — Me quedé pensando en lo que dijo esta tarde mi princesa.
— ¿De su compañero?. — preguntó y él asintió — ¿Celoso, Guzmán?.
— Sí. Pero ese no es el tema. — rio — Pienso que... Tal vez, y sólo tal vez... Quizás se repita la misma historia.
— ¿Cómo la de nosotros?.
Asintió sonriendo. — Si... Cómo nosotros.
— Alguna vez, te imaginaste que podíamos estar así. Siendo más que amigos. — preguntó mirándolo.
— N'ombre, chaparra. — hizo un ademán con su mano — Si supieras todo lo que me imaginaba contigo.
— Heeey. — dio un golpe gentil en el pecho de Alfredo — Sin ser tan explícito.
— No, pero ya hablando enserio. — la miró — Aunque no me lo creas, si me lo imaginaba. Pero me agüitaba pensando en que jamás pensé que se volvería realidad.
— Y míranos ahora, aquí estamos... Juntitos. — agregó acurrucándose a él — Con nuestros dos retoñitos. Y en espera de otros dos.
— Te amo, chaparra. — dijo besando los labios de su esposa — Eres mía desde aquél martes, diez de septiembre del noventa y uno.
— Y tu mío. — dio una leve risita.
— Todito, tuyo.
Ambos suspiraron algo nostálgicos al recordar aquellos viejos tiempos, dónde se habían conocido, hasta el día de hoy.
— Oye. — soltó Emilia.
— Mande, chaparrita.
— Y... ¿Si me explicas con peras y manzanas lo que me querías hacer, cuando nos imaginabas juntos?. — dijo con una sonrisa coqueta.
Alfredo volteó a verla, y empezó a negar divertido.
— Me encanta cuando estás embarazada, porqué te pones cómo... íjole... — dijo, mientras ella se ponía a horcajadas de él — Qué bendición.
— Y tu que sufres tanto. — dijo entre risas.
— Ya sabes que estoy para complacerte, mi reina. — la besó — ¿Ya te dije que te amo?.
Emilia asintió, regalándole una sonrisa tierna. Y lo besó
FIN...
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Más que Amigos - JAGS
Random- ¿Toda la vida?. - Toda la vida. 🔜 Noviembre 10, 2022 🔚 Enero 22, 2023