TREINTA Y CINCO

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Abrí la puerta de la entrada. Dejando ver a Iván con una caja con un moño azul. 

— ¿Dónde está mi Chuyito favorito?. — dijo entrando a la casa.

— Disfrutando su vida. Que él ahorita no tiene preocupaciones. — dije cerrando la puerta, caminando detrás de Archivaldo — Sólo duerme, come y defeca. 

— N'ombre. Vida de Rey que se avienta. — habló mientras se sentaba en el sillón, con Alejandro en brazos — Que envidia, deveras. 

Reí después de haberme sentado.

— ¿Volvieron tan pronto de Colombia?. — pregunté. 

— ¿Eh?. — emitió sin siquiera voltear a verme. 

— Jesús me dijo que irían a Colombia. 

— Ah... Sí. — carraspeó su garganta — Si, sólo que yo me. Me vine un poco antes. 

— ¿Todo bien?. — pregunté. 

— Sip. Nada de que preocuparse. — volvió a mirar a Landito. — ¿Tienes hambre?.

— N... 

— Yo sí. — dijo interrumpiéndome.

La verdad no nos la quisimos complicar y mejor decidimos pedir comida rápida. Pues al parecer Iván tenía intenciones de quedarse a convivir más tiempo con Chuyito. Según él ya tenía más tiempo libre, de ahora que estaba soltero, pero... No creo.

...

— Las manos hacia arriba, las manos hacia abajo. — cantaba Iván mientras le bailaba a Alejandro, pero él sólo lo miraba — Y como los gorilas ¡Uh! ¡uh! ¡uh! ¡uh!.

El llanto de Landito se escuchó en la sala.

— No, noo. Perdón, campeón. — lo tomó en sus brazos, empezándolo a mecer — no chille, mi Chuy. 

Reí al ver a Iván desesperado, sin saber que hacer.

Le cambié a otro canal infantil, dónde era seguro que Alejandro reconociera sus canciones favoritas.

— Acuéstalo, y dale su chupón. Con eso se tranquilizará.

Iván aún dudoso, me hizo caso. Pero al ver que Jesús dejó de llorar, sonrió.

— Me falta mucho por aprender. — dijo riendo. 

— Adelante... Cuando quieras. 

— Emilia, perdón por interrumpir pero. — apareció Memo con una caja grande, una chica y un sobre en su brazos — Pero trajeron esto, de la casa de la señorita Grisel. Dicen que son correspondencia suya.

— Gracias, Memo. ¿Podrías ponerlos aquí por favor?. — asintió dejando amabas cajas en el suelo  — Gracias. 

— ¿Qué es?. — preguntó Iván aventando el sobre para la mesa que estaba en la sala.

— Es un corralito que pedí, para que pueda estar aquí a gusto. — dije apuntando la caja grande — Y esta, supongo que es la ropita que le encargué a Alejandro. 

— A ver... — dijo mientras metía una navaja en la caja destrozándola — Hijuela... Es un putero. — levantó unas piezas. 

— Serías buen tío, ¿Y me ayudarías a armarla?. — pregunté inocente. 

— Simón. Pero eso te costará la cena. — me apuntó con su dedo.

— ¡Ash!. Ya sabía que nada es gratis. — reí — Pero está bien. Trato hecho. — estreché su mano. 

La noche cayó. El tiempo se nos había pasado volando haciendo malabares para poder armar el corral, que al final, si pudimos armarlo. Incluso me ayudó a darle el baño a Alejandro, y su bibi. De hecho aproveché que él lo vistió para poder ducharme yo también. 

Realmente era difícil hacer esto sola.

...

Me tendí sobre el sillón agotada. 

Alejandro había esta muy inquieto desde la mañana. Despertó desde muy temprano, y sólo quería que lo tuviera cargado y paseando por la casa. Agradecida estaba, por haberlo podido dormir.

Suspiré perdiendo mi mirada en la sala. Hasta que encima de la mesa, vi el sobre que había llegado el día de ayer con las cajas.

Sin hacer tanto ruido lo tomé y me alejé de la sala. Tanto me había costado dejarlo así de tranquilo.

Una vez en el pasillo de la entrada lo abrí, rompiéndolo de la parte de arriba con cuidado. Dentro de este, había otro sobre; pero más chico, a comparación del amarillo.

"Marzo 17, 2015"

Estaba escrito en una esquina del sobre.

Ahh, es de hace tres días. Pensé.

A comparación del anterior, éste no estaba sellado. Fue más fácil sacar la notita de adentro.

"Te mandan saludos, desde El Cabo San Lucas, B.C.S."

Volteé la misma, y detrás de la nota, venían dos fotos. Eran Alfredo e Irina. 

En la primera, estaban abrazados dentro de una alberca mientras bebían. Y en la otra estaba Alfredo acostado en un camastro, e Irina a un lado de rodillas besándolo.

— Con que Colombia. Eh, Jesús. — escupí.

Más que Amigos - JAGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora