—¿Estás esperando a alguien?
Sus ojos fueron al hombre que estaba a un metro de él. Vestía una camiseta negra ceñida al torso, de la misma forma que los vaqueros celestes. El borde de la manga se había levantado, revelando un enorme tatuaje. El águila, el tridente y el ancla. Sí, era uno de los socios de Brandon.
—Buenos días. Mi nombre es Sharik Vroom. Brandon me pidió que...
—Sé quién eres.
El hombre lo recorría con la intensa mirada esmeralda, buscando algo más allá de lo que contemplaba.
Sharik se humedeció los labios y bajó la vista al piso con vergüenza.
—Charles no vendrá hoy, pues no se siente bien. Ingresemos, yo te daré las indicaciones.
—¿Quiere decir que tengo el puesto?
El tipo se encogió de hombros, como si nada fuera importante.
—Vamos. —Sin responder a la pregunta, Kaz le hizo una seña con la cabeza.
Sharik ingresó antes de él. Ya en el ascensor, sintió a su corazón palpitar de tal modo que estaba seguro de que ese hombre lo escucharía.
—Usted...
—Soy Brad Kazinsky, trabajo junto a Charles. Los modales no son lo mío, espero que lo entiendas.
—Está bien, no hay problema.
****
Sharik limpió sus lágrimas por enésima vez, mientras que Bastian conducía su deportivo rumbo a la casa de Brad Kazinsky. El muchacho cerró los ojos y suspiró. Ni siquiera podía imaginar el enorme dolor que su amigo vivía. Primero su hermano y ahora su amor. ¿Cuánto más se puede soportar en la vida? Llegaron a la mansión y se detuvieron frente al enorme portón.
—¿Estás seguro de hacer esto? —le preguntó una vez más el muchacho rubio con cara de muñeca.
Sharik asintió. La verdad esto era a todo o nada. ¿Qué más iba a perder? Levantó el control remoto y el portón se abrió lentamente, permitiendo el ingreso del vehículo. El lugar parecía una casa fantasma. Las hojas de los árboles se habían acumulado, así como la suciedad y el descuido en los jardines. Kaz dejó todo como si cerrara una etapa de su vida, una que Sharik pensaba reabrir, porque en gran parte él lo necesitaba. Ansiaba respuestas, esas que le impedían tener paz, encontrarse a sí mismo, aunque Kaz ya no regresara jamás. Sharik no iba a vivir en la incertidumbre cada día de su vida. Llevaba con ella desde hacía más de un año, y eso se terminaba ahora.
—Carajo, parece la casa embrujada. —Bastian estacionó frente a la mansión.
Los escalones estaban llenos de polvo y lodo pegado debido a las lluvias que habían castigado la ciudad en esos días.
ESTÁS LEYENDO
AMORES DE INVIERNO - S.B.O LIBRO 11 ( Romance Gay +18)
Romance¿Alguien está preparado para aceptar la muerte de los seres que ama? Sharik viene de una etapa muy dura debido a la enfermedad y la posterior muerte de su hermano menor. Se siente solo en un mundo en el que prácticamente no encaja, solo apoyado por...