¿Alguien está preparado para aceptar la muerte de los seres que ama?
Sharik viene de una etapa muy dura debido a la enfermedad y la posterior muerte de su hermano menor. Se siente solo en un mundo en el que prácticamente no encaja, solo apoyado por...
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—¡Ya lo tengo! Dios, es una idea muy brillante.
Ewan y Sharik lo contemplaron en el desayuno, esperando que Bastian contara.
—¿Qué es?
—Le diré a mi hermano que estoy saliendo con Sharik y que nos iremos de vacaciones.
—¿Es en serio? —Ewan mordía la tostada y apenas creía lo que su amigo decía.
—Es perfecto. Ellos saben que ambos somos corazones destruidos y nos merecemos una oportunidad. Martin me dará el dinero que necesitamos.
—Estás loco —refunfuñó Sharik. ¿Cómo iba a ser capaz de mentirle en la cara a Damián y a Martin?
—Confía en mí, obtendremos ese dinero...
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Martin había enmudecido, esperando que las carcajadas retumbaran en la sala ante la broma que de seguro les jugaba su fastidioso hermano menor, pero el tiempo pasaba y nada de eso ocurría. ¿Podría ser posible? ¿De pronto ambos se habían dado cuenta de que estaban enamorados? Bastian estuvo destruido después del rompimiento con Brandon, y a Sharik le sucedió lo mismo con Kaz. ¿Ahora todo eso quedó atrás?
—¿Qué pasa? ¿No estás contento? —cuestionó Bastian para quitarle tensión al momento.
—Por supuesto —contestó Martin todavía perplejo.
En ese momento el doctor Blake hizo su aparición con una bata de lana blanca similar a la de su esposo.
—Hola, chicos —saludó a los muchachos y luego le dio un beso en la frente a Martin.
—Son novios.
—¿Quiénes? —indagó Damián confundido ante la afirmación de Martin.
—Sharik y Bastian están saliendo.
Los ojos de Damián casi se desorbitaron, pero de inmediato se alegró por los chicos.
—Dios, ¿en verdad? —Caminó hacia Sharik y Bastian y los abrazó—. No saben lo feliz que me ponen.
—¿Estás feliz?
—Claro, ¿tú no? —inquirió sorprendido.
Martin no sabía cómo responder.
—Por supuesto, es solo que, vaya, lo tenían bien guardado.
—No sabíamos cómo decirlo —aseguró Sharik—. Es decir, es repentino y...
—Tranquilo —Damián puso su mano sobre los hombros del muchacho—, es la mejor decisión que han podido tomar.
