J. B. quedó solo en su cuarto en la cabaña, escuchando las charlas en la habitación de al lado. Carajo, ¿así se sentía tener sentimientos? En ese momento no quiso tenerlos. Debía concentrarse en traer a Kaz de regreso y luego en asesinar a Klimovsky y terminar con ese ciclo de dolor y sangre.
«Dolor y sangre».
Pensó en uno de sus amigos, Talo Petrich, quien había formado parte de las fuerzas de inteligencia rusas y ahora estaba muerto. El hombre había fallecido en su cama, atado de pies y manos, torturado. J. B. pensó en el círculo cercano. Talo tenía pocos amigos y muchos menos en la base de operaciones. Hubo un rumor un tiempo atrás, al menos era lo que Iñaki, otro de los muchachos, le contó. Se decía que Talo se acostaba con el jefe del equipo, y eso había despertado los celos en otro de sus compañeros. En Rusia la homosexualidad era prácticamente una abominación, por lo cual todo se mantuvo siempre a puertas cerradas. No obstante, la muerte del hombre también en circunstancias extrañas hizo a Jake pensar.
«¿Quién está socavando a la fuerza desde adentro?».
Esa pregunta rondó a Jake desde que se enteró de la muerte de su amigo. Había que tener cuidado, pero ¿frente a quién?
El celular satelital sonó sobre su cama. El nombre en la pantalla le trajo tranquilidad. Estaba viva.
—Eva. —Todavía estaba molesto con ella. Por lo general, sucedía cuando tenía razón.
—Estamos en un vuelo hacia Rusia.
Jake frunció el ceño.
—¿Estamos?
—Hay alguien que quiere saludarte.
—Tanto tiempo, amigo. —La voz firme y masculina resonó.
Jake sonrió. La verdad era que sentía que habían pasado siglos desde la última vez.
—Un placer escucharte, teniente.
Eva hizo una mueca y observó al hombre sentado varios asientos adelante en su impecable traje de tres piezas azul marino. La figura fuerte y sofisticada de un hombre que no tenía idea a lo que se enfrentaba. Un civil más, y su hermano iba a matarla. Debía decirle, pero ¿cómo?
—¿Están contigo? —La ansiedad de Brandon pudo más que la suya.
Eva se arregló el cabello con los dedos y colocó los mechones detrás de las orejas. En ese instante Fabien Marcus la miró y saltó de su asiento en primera clase como un resorte.
—Sin rodeos, ¿eh? —dijo con burla Jake en respuesta a la pregunta de Brandon. De pronto, la seguridad en el tono de voz del primer momento había mutado a uno de ansiedad—. Están vivos, si es lo que te preocupa.
—Eres de lo más perceptivo. No pierdes el toque.
J. B. se rascó la barbilla y escuchó que los muchachos en la habitación de al lado seguían conversando sin prestarle demasiada atención a su recámara.
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AMORES DE INVIERNO - S.B.O LIBRO 11 ( Romance Gay +18)
Romance¿Alguien está preparado para aceptar la muerte de los seres que ama? Sharik viene de una etapa muy dura debido a la enfermedad y la posterior muerte de su hermano menor. Se siente solo en un mundo en el que prácticamente no encaja, solo apoyado por...