Desierto de Mojave, Carolina del Sur, Estados Unidos
—Dios, nada como regresar a casa después de mucho tiempo —dijo Baltimore una vez que el helicóptero dejó al equipo en el desierto para completar una nueva misión, una de las más peligrosas que habían llevado adelante.
Charles Brandon respiró el aire caliente del atardecer. Habían llegado dos horas antes de que el sol comenzara a ponerse. Junto a él iban Baltimore, Mario y Kenzo. El resto eran hombres del equipo de Kevin Genson. Entre todos conformaban un grupo de doce personas. A Mario la idea no lo había convencido mucho, pues siempre se llevó mal con el idiota de Kevin. Además, la muerte de Kaz los había golpeado duro, a unos más que otros. Esa era la razón por la cual Caleb y Paolo decidieron retirarse por tiempo indefinido. Por su parte, Bruno también rechazó la oferta; la paternidad lo había hecho repensar varias veces las opciones, y esta era una misión complicada, en donde seguro habría bajas.
El objetivo era un empresario textil que había asesinado a varias mujeres de su empresa en la frontera con México. Esto se debía a que estaba relacionado con el trabajo esclavo y el secuestro en el Distrito Federal. Dos familias, las cuales habían perdido a sus hijos a manos de ese infeliz, los habían contratado. Al menos eso es lo que Kevin le había contado a Brandon. Sin duda, para alguien que tenía la sensibilidad a flor de piel en los últimas días había constituido una buena razón para intervenir.
La fortaleza de George Callaghan, el nombre del maldito al que mandaría al otro lado, estaba ubicada en Carolina del Sur en el llamado Desierto de Mojave. Contaba con alrededor de cien custodios, los cuales rotaban en turnos de doce horas. Nunca dejaban nada al azar. La seguridad era infranqueable, al menos hasta ese momento lo era.
—¿Listas las cámaras de seguridad? —le preguntó Brandon a Kenzo, que levantó el dedo pulgar. Genial, había ingresado al sistema de seguridad luego de varios días y desactivado las cámaras de vigilancia y las alarmas. Ahora solo quedaban los objetivos humanos.
—Bien, grupo Alfa y Mojave, ya saben que hacer —dijo Kevin reuniéndolos, mientras que los hombres armaban las carpas improvisadas, se equipaban y esperaban que el sol bajara.
—Si ven algo raro, se repliegan y vuelven a la zona de inicio, ¿quedó claro? No quiero héroes. Tan solo cuiden su trasero —recalcó Brandon.
El calor era infernal. Limpió el sudor de su frente con la manga de su camiseta.
Kevin se mantuvo en silencio frente a esa orden. Estaba en desacuerdo. Para él lo más importante era completar la misión sin importar el costo.
Mario ayudaba a Baltimore a colocarse el chaleco antibalas y analizaba todo lo que ocurría alrededor. Su pareja rio y le golpeó la nariz.
—Hey, ¿qué te sucede?
—Tengo un mal presentimiento.
—Por favor, tú siempre tienes malos presentimientos.
ESTÁS LEYENDO
AMORES DE INVIERNO - S.B.O LIBRO 11 ( Romance Gay +18)
Romance¿Alguien está preparado para aceptar la muerte de los seres que ama? Sharik viene de una etapa muy dura debido a la enfermedad y la posterior muerte de su hermano menor. Se siente solo en un mundo en el que prácticamente no encaja, solo apoyado por...