3 Comenzar desde cero 💖🔥

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15 días después...

Sharik despertó cuando la alarma sonaba muy cerca de su mano, la había pospuesto dos veces y estaba a punto de hacerlo por tercera vez cuando se dio cuenta que no podía seguir fallándole a Brandon quien de seguro estaba inmerso en un caos con la cantidad de papelerío y contratos de los cuales entendía poco y nada.

Las cosas habían cambiado tanto, el «cuartel», como le gustaba llamar a la oficina en el centro no se parecía en nada a sus inicios. Azali había dejado de formar parte sin dar demasiadas explicaciones, Alexander iba de vez en cuando, abocado completamente al cuidado de Luciano de Almeida, otro de los miembros del equipo quien estaba bajo cuidado médico desde la última gran misión un año atrás. Sharik también extraña a Luciano y a su locuras, su risa, sus bromas, su profesionalismo implacable a la hora de ejecutar un trabajo, su compromiso y lealtad con el grupo. El hombre en el que Luciano se había convertido no se parecía en nada al que era, la amnesia retrógrada se había mantenido firme y ninguno de los recuerdos regresó. El hombre alegre y seductor se desdibujaba en un muchacho frágil que solo dependía de Alexander «el ruso» para seguir adelante. A pesar de ello, Sharik fue testigo de la versión más feliz del ruso. Lo tenía solo para él y, aunque sonara enfermizo, le reconfortaba el alma, aunque eso lo alejara de las misiones.

Sharik se levantó y fue tambaleando como un borracho hasta el baño para meterse bajo la ducha fría y despabilarse. 10 minutos más tarde salió del agua temblando por el frío, se colocó un jeans y una camisa negra, un sweater grueso del mismo color y una chaqueta bordó con zapatos del mismo color. Bastian se los había regalado para el último cumpleaños, y aunque al principio le parecieron estrafalarios ahora le encantaban por su comodidad. Observó el reloj y supo que llegaría tarde una vez más. Su madre no estaba y su hermano ya estaba en la escuela. Se sentó en la cama un segundo y acarició la fina tela que cubría el colchón, cerró los ojos al recordar la suavidad del lino como si fuera la primera vez.

—Lo siento, cuando compré la cama no recordé que necesitarías sábanas, aunque, descuida, siempre estaremos desnudos sobre ella.

—¿Estás loco? ¡Hace frío!

—Lo estoy, y ni creas que vas a cubrirte cuando estés a mi lado.

¿Por qué carajo los recuerdos no se iban? ¿Por qué ese maldito bastardo continuaba torturándolo desde donde estuviera?

Kaz se fue de su vida y jamás volvió a saber de él, y por lo que escuchó también desapareció de la vida de todos sus compañeros y amigos con los que había compartido decenas de misiones. Nadie conocía su paradero, o si aun continuaba en Rusia. Sharik se puso de pie y le dio una patada a la maldita cama. Debería incendiarla, volverla cenizas, pero era consciente de que esa era una estrategia inútil.

«Te odio tanto hijo de puta».

Si tan solo las maldiciones que su mente lanzaba llegaran a su corazón el cual conservaba el calor de Kaz como si fuera un tesoro. Salió del departamento y caminó deprisa rumbo al trabajo. Se encontró con un visitante indeseable apenas llegó. Kevin Genson, un antiguo compañero de equipo, un ser más que desagradable estaba junto a Charles.

AMORES DE INVIERNO - S.B.O LIBRO 11 ( Romance Gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora