—Dios, eres enorme.
—¿Estás listo para esto?
—Ni lo sueñes, nunca he sido pasivo.
—Genial, los vírgenes de más de 30 son mi especialidad.
El salón de masajes era enorme, su tamaño se asemejaba a una casa. Había dos camillas y dos tatamis y, al lado de estos, un cúmulo de aceites esenciales y lubricantes. Sin duda alguna, Sharik y Kaz se habían divertido mucho tiempo allí.
Jake cerró los ojos y mordió la almohada en donde tenía apoyada su cabeza. Ewan, al parecer, creía que estaba en un rodeo. Se había tomado su tiempo dilatando la zona y aun así dolía como el infierno, un dolor que se mezclaba con exquisitas ráfagas de placer.
—Sigues muy estrecho, relájate para que pueda entrar en ti como deseo.
—No estás hablando en serio hijo de puta—insultó Jake y giró su cabeza hacia el joven semental sobre él. Ewan le sonrió y tomó su boca en un beso ardiente.
—Eres muy caliente, me encanta cuando finges estar molesto—. Ewan cambió el ángulo de sus embestidas y los ojos de Jake se cruzaron de placer.
Sus lenguas volvieron a enredarse, Ewan masajeaba la próstata y se hundía en el estrecho espacio que se expandía para recibirlo. Las estocadas fueron a fondo y Jake gimió alto.
—¿Ves? A esto me refería.
—Cuando te folle vas a necesitar una silla de ruedas, maldito—. Ewan impulsó sus caderas con una furia descomunal, provocando que un grito saliera de Jake.
—Primero recuerda que debes sobrevivir al «Ewan depredador».
—¿Ewan depredador? —. Jake frunció el ceño y el muchacho lo envolvió con sus brazos, impidiendo que se moviera. El hombre no tuvo más opción que reír ante la locura de su amante.
Las caderas de Ewan subían y bajaban, embistiendo contra las nalgas del apetitoso hombre quien todavía no alcanzaba a creer la locura a la que ese idiota lo había arrastrado. No volvería a ocurrir, esto sería debut y despedida, de ninguna manera él...
—Dios—. Jake sujetó las mantas y tensó la mandíbula. Jamás en su vida pensó que en terminar en esa posición, nada más y nada menos que con ese idiota egocéntrico que se creía que tenía una gran verga. Bueno, de hecho, la tenía.
—Me gustan tus besos—dijo Ewan mientras sus alientos se entremezclaban por la potencia del ejercicio—, besas muy bien.
—Me alegro estar a la altura de tus folladas—confesó Jake, mordiendo el labio inferior de Ewan, y luego chupando.
—¿Crees que soy bueno?
—¿Cuan inseguro estás que necesitas que te lo digan?
Ewan salió de su interior en ese momento y Jake aprovechó para girarse. Abrió sus piernas una vez más y el joven amante se lanzó en medio de ellas.
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AMORES DE INVIERNO - S.B.O LIBRO 11 ( Romance Gay +18)
Romance¿Alguien está preparado para aceptar la muerte de los seres que ama? Sharik viene de una etapa muy dura debido a la enfermedad y la posterior muerte de su hermano menor. Se siente solo en un mundo en el que prácticamente no encaja, solo apoyado por...