Kaz se tragó el pene necesitado de Sharik, y este acalló un gemido de alivio. La adrenalina de ser encontrados por los guardias llenó la atmósfera de excitación. La lengua de Kaz iba y venía desde la base a la punta y luego lo llevaba completo, hasta que chocaba en su garganta.
—Brad —gimió cuando su amante lo succionaba con una fuerza animal.
Los dedos de Sharik se entrelazaron en las hebras cortas y doradas. Pensó en lo extraño de la vida y la manera en que había terminado el asunto. De estar a punto de ser golpeado y humillado por los reos a terminar con su pene en la boca del hombre que amaba.
Kaz se puso de pie. Sus respiraciones poderosas y entrecortadas, y sus bocas volviéndose una otra vez. Ambos comenzaron a arrancarse la ropa, al menos del torso para arriba. La boca entreabierta del mercenario no dejaba lugar sin chupar. Los dientes se engancharon a los pezones canela. Y Sharik estuvo a punto de dar un grito de placer. No podía, estaba prohibido. Los guardias vendrían y...
—Dime que has estado con alguien más durante este tiempo.
Sharik frunció el ceño, sintiendo el chupón en su cuello y luego otro más.
—¿De qué hablas?
—No tengo lubricante —respondió con enojo y metió sus manos entre los calzoncillos, amasando las nalgas de Sharik—. Si no has estado con nadie en este tiempo, estás...
—Muy cerrado —completó, y volvió a besar sus labios. No importaba, tendría a ese hombre dentro de él como fuera. Era imposible negar el enorme deseo que corría por su torrente sanguíneo.
—Voy a lastimarte —gruñó contra sus labios.
Dios, Kaz estaba loco con su cuello; lo besaba, succionaba, mordía. Era un bruto macho alfa que marcaba a su pareja.
—No me importa.
Brad se detuvo. Los ojos de Sharik aún derramaban lágrimas, pero ahora de emoción. El hombre secó su rostro y lo llevó hacia la litera. Sharik se arrastró sobre el fino colchón y abrió sus piernas para recibir a su amante. Kaz volvió a perderse entre sus muslos. Un chupetón en la ingle, la lengua haciendo estragos...
—Quiero que digas mi nombre —susurró antes de volver a poner el pene húmedo en su boca caliente.
—Brad. —Un gemido bajo y necesitado.
Sharik apoyó sus codos sobre el colchón para deleitarse con la imagen. Los impresionantes ojos verdes del hombre rubio, el cual lo miraba con hambre, le decían todas las perversiones que iba a hacerle y también le indicaban que sería incapaz de mantenerse callado por mucho tiempo más. Las succiones eran intensas. Sharik cerró las piernas y sostuvo la cabeza de Kaz en esa posición. Quería liberarse, lo necesitaba. El mercenario no le negaría ese placer, al contrario, acarició los testículos y estiró la piel mientras su cabeza subía y bajaba sobre la gruesa longitud color chocolate. Las caderas de Sharik se impulsaron hacia arriba, dio un grito silencioso y sintió que se derramaba en la boca de su amante, quien absorbía cada gota y lanzaba el preciado líquido en su mano.
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AMORES DE INVIERNO - S.B.O LIBRO 11 ( Romance Gay +18)
Romance¿Alguien está preparado para aceptar la muerte de los seres que ama? Sharik viene de una etapa muy dura debido a la enfermedad y la posterior muerte de su hermano menor. Se siente solo en un mundo en el que prácticamente no encaja, solo apoyado por...