¿Alguien está preparado para aceptar la muerte de los seres que ama?
Sharik viene de una etapa muy dura debido a la enfermedad y la posterior muerte de su hermano menor. Se siente solo en un mundo en el que prácticamente no encaja, solo apoyado por...
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Brandon se había ofrecido a cocinar esa noche. Una lasaña italiana que era su comida favorita y también la de Bastian. Estaban en la cocina junto a JB mientras bebían un buen vino
—¿Eva no quiso venir?
—Dijo que saldría a algún bar y encontraría a un hombre que esté a la altura.
—¡Vamos! Lleva 2 semanas aquí, ¿de verdad todavía no ha encontrado a nadie digno para decorar la suite una noche? —. Jake se encogió de hombros.
—Ha estado rara en este último tiempo.
—¿Crees que la misión la afectó? —. Jake negó con pesadez.
—Creo que Fabien Marcus la afectó.
—Vaya...
—Si, una puta ironía del destino.
—Bueno, mírale el lado positivo. Existen dos Marcus—. Jake le golpeó el brazo con fuerza.
—Idiota.
—¿Qué? ¿Me vas a decir que no te entusiasmaba la idea de volverte a encontrar con él?
—Regreso mañana a Londres, si me voy a despedir de Ciudad del Cabo que sea comiendo un plato autóctono.
—Eres un imbécil.
—¿Y quién dice lo contrario?
El sonido del timbre y ambos hombres sonrieron con picardía. Brandon observó que más allá de la cocina, Kaz y Sharik no sé quitaban las manos de encima.
—Hay que abrir—. J.B tomó un trago más de vino de la copa y corrió hacia la puerta. Allí se encontró con Bastian y Ewan.
—Buenas noches.
—Hey, bienvenidos—. Intentó que su voz no se asemejara a la de un pervertido que solo busca sexo, pero mierda, Ewan hizo las cosas muy difíciles.
El perfume dulce con una amalgama de flores golpeó sus sentidos. Ewan le dio una sonrisa y un abrazo. Y Jake estuvo a punto de ponerse duro solo con su aroma.
Estaba vestido de negro. Desde su abrigo hasta los tenis. El pantalón era como de chándal. Jake se detuvo en su culo, su mente caliente notó que ese imbécil ardoroso llevaba un calzoncillo minúsculo o una...
«Dios, por favor, ten piedad de mí».
Su mente no quiso ir más allá, después de todo, ni siquiera sabía si Ewan estaba completamente en la misma sintonía, es decir, el muchacho le coqueteaba, pero era su naturaleza. Ewan coqueteaba con todo el mundo.
—¿Los muchachos? —preguntó Bastian, nervioso ante la insistente mirada de Jake sobre su amigo.
—Brandon en la cocina, Sharik y Kaz en la piscina de invierno—. Caminaron hacia la cocina primero. El olor de la lasaña le trajo tantos buenos recuerdos a Bastian que se le erizó la piel.
—Bas—dijo Brandon con unas enormes ganas de besar a ese muchacho rubio—¿te has quitado el traje y la corbata?
—Si—se humedeció los labios y acarició la camisa—, no se sentía como parte de mí hoy.
La sonrisa seductora de labios cerrados de Brandon hizo su aparición. Su mirada intensa, esa que derrumbaba todas las murallas. Esa que Bastian extrañaba.
—Me gusta este atuendo.
—Gracias—dijo para luego darle un abrazo después de mucho tiempo.
Brandon lo correspondió de inmediato y arrastró sus labios por la mejilla. Bastian puso las manos en su pecho y se separó. Ewan y Jake estaban detrás de ellos. Brandon observó a Ewan en ese momento y sonrió.
—Hola, Marcus.
—Teniente—. Sus puños chocaron en un saludo. Bastian tocó el hombro de su amigo en ese momento.
—Ven, tienes que ver la piscina de invierno—. Los 2 caminaron hacia donde estaban Kaz y Sharik.
—Oye, se te cae la baba—. Brandon sonrió y negó.
—¿Has visto que Ewan trae una tanga? —preguntó a modo de venganza.
—¡Dios! ¡Lo sabía! —dijo apretando la mandíbula—. Maldito bastardo, lo hace a propósito.
—Es hermoso— dijo Brandon con un enorme agujero en el corazón—. Y le gusta que babeen por él. Eso le da poder.
—Carajo, hablas como si fuera un manipulador
—Es alguien hermoso que se sintió solo mucho tiempo. Alguien que necesitó a todo el mundo a sus pies.
—¿Incluido Bastian?
—Mi mente estuvo tan segura de que me engañaban que ya no reconoce qué fue verdad y qué parte mentira.
—Vas a reconquistarlo esta noche.
—¿Lo crees posible?
—Están aquí—explicó Jake—. Ellos sabían que nosotros estábamos.
—Si, y también su amigo Sharik.
—Me prometiste que terminaría follándolo.
—Si. Una promesa muy loca.
—Pues yo la voy a hacer realidad y más vale que pongas todo de ti para que tú también puedas.
—Eres un psicópata.
—No, soy un hombre que tiene muy claro lo que desea. Y esta noche Ewan Marcus será mío...
—Cuidado—advirtió Brandon enseguida.
—¿Qué?
—Para alguien que solo desea una noche de sexo, estás muy obsesionado—. El rostro de Jake se endureció.
—Estoy enfocado, es todo.
—¿No sientes nada por el además de atracción física?
—¿Por qué? ¿Debería tenerla?
—Tranquilo, es una pregunta nada más—. Los muchachos se abrazaban mientras hablaban con Kaz y Sharik
—Solo espero una cosa.
—¿Qué?
—Que ellos no terminen follando entre ellos y nosotros nos quedemos como malditos espectadores—. Brandon contuvo una carcajada.
—Vamos hay que preparar la mesa.
—Oye el imbécil de Kaz debería ayudar ¿o no?
—Anda, no seas flojo—. Jake puso los ojos en blanco y buscó los platos y las copas. Brandon sonreía como un loco.
—Estás contento, ¿verdad?
—Claro que lo estoy, Bastian está aquí conmigo.
—Ni siquiera lo has besado.
—No, pero me gusta sentirlo, aunque sea de este modo a mi lado. Me gusta pensar que volver es solo una cuestión de tiempo.
