Sharik montó a su hombre como si se tratara del mejor jinete del mundo. La verga se deslizaba en su interior empapado por la corrida anterior. La manta apenas cubría parte de la cadera. Su culo estaba expuesto. El lugar donde estaban unidos era visible para cualquiera que paseara frente a la celda. Kaz se irguió y llevó el cuerpo más cerca de él. Sus caderas respondieron a su precioso jinete. Los empujes sobre la próstata estaban a punto de desvanecer a Sharik de puro placer. La litera golpeaba contra la pared. Ambos sabían que su pasión incontenible rompía camas. Y entonces terminaron en el suelo, en ese espacio gélido que había sido testigo de tanto dolor y desgracia, el cual ahora vibraba de pasión y deseo. Kaz embistió con velocidad. Sharik sentía que su cuerpo se contraía de dolor y éxtasis.
—Así, sigue así —rogó, y se abalanzó sobre los labios de su amado, que estaba entregado a complacerlo con todo lo que tenía.
—¿Eres mío?
—Soy tuyo —respondió Sharik mientras volvía a apoyar las manos sobre los amplios pectorales y su culo respingón bailaba sobre el pene de ese hombre que jamás esperó tener.
«Verás a las vacas volar antes de que Brad Kazinsky se fije en un hombre».
Esas palabras Sharik se las había dicho a su querido amigo Bastian cuando hablaban de ese hombre que lo trataba con indiferencia en ese tiempo. Se podía decir que ahora las vacas no solo volaban, sino que se asemejaban a un jet supersónico. Sharik amaba la manera en que Brad se entregaba a su pasión, el modo en que la bestia que todos llevamos adentro tomaba posesión de él en cada sesión amatoria. Se escucharon pasos cercanos. Brad no tenía idea de la hora que era, pero sabía que llegada la noche entregarían la cena para que comieran en sus celdas. El pena abandonó el cuerpo de Sharik y ambos se desplazaron a la cama para vestirse. Sharik se cubrió con la manta y Kaz se colocó la camisa después de subirse el pantalón.
—Hazte el dormido.
Sharik obedeció, girándose para quedar mirando la pared.
El guardia se acercó a la celda y dijo algunas palabras en ruso.
Brad se alejó de las rejas y el guardia dejó dos fuentes descartables con un pan y una melcocha que parecía puré. Luego el hombre miró a Kaz y a Sharik, y volvió a pronunciar algo en ruso que su amante respondió de inmediato. El guardia rio y se alejó. A medida que los pasos se alejaban, Sharik salió de debajo de las mantas. Kaz dio pasos a la litera para sentarse a su lado. Ambos hombres se dieron una mirada pícara y sonrieron.
—Qué locura —dijo Brad al tiempo que agarraba las dos bandejas que el guardia le entregó.
—¿Qué te dijo?
—Nada —replicó de inmediato y abrió el celofán para sacar las dos piezas de pan.
—Vamos, dime.
Kaz dio un suspiro.
—Me preguntó si te llevaría mañana al torneo.
—¿Y qué le contestaste?
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AMORES DE INVIERNO - S.B.O LIBRO 11 ( Romance Gay +18)
Romance¿Alguien está preparado para aceptar la muerte de los seres que ama? Sharik viene de una etapa muy dura debido a la enfermedad y la posterior muerte de su hermano menor. Se siente solo en un mundo en el que prácticamente no encaja, solo apoyado por...