Diciembre de 1981
Hay días en los que las personas pueden despertar con el mantra de que será un mejor día que ayer, pero en mi caso, ese mantra parece no querer funcionar hoy...
— ¡Oh mierda, Vernon! Por última vez, y escucha con atención— Junto mis manos frente a mi pecho en una suplica— Por favor ya entiende, he dicho que no saldré contigo antes y no pienso hacerlo ahora, así que si eso es todo por lo que has venido a mi escritorio puedes irte... ¡Ya!
Puedo observar como su rostro se tensa borrando su falsa sonrisa, por lo que ya sin interés dirijo la mirada al lugar entre el escritorio y mi silla donde se encuentra "mi llave" a otra vida. Salgo de mis pensamientos al oír a Vernon
Con voz amortiguada por la ira y en un intento de que suene agradable éste comienza a hablar— Ese no es el vocabulario de una dama, con esas actitudes jamás conseguirás un marido, menos con esa carga tuya. Así que se una buena mujer y agradece la bondad que te ofrezco, Tuney.
— En primera, Mi nombre es Petunia Evans, para ti señorita Evans; en segunda: lamento que tu cerebro no alcance a pensar más allá del marco, por lo que te lo explicaré de modo que puedas entenderlo. No necesito un hombre para vivir, yo no tengo una carga... ¡Ah! No espera, si tengo una carga y es tener que soportar tu presencia cada día durante la jornada laboral y por si no te has dado cuenta yo no estoy mendigando reconocimiento masculino ¿Te queda claro?
Veo su rostro ponerse rojo de ira por lo que se que está preparando el discurso más machista que hay en su sistema
— El tiempo pasa más rápido de lo que crees y tú solo te pondrás más vieja y perderás la poca gracia que te hace atractiva, no conseguirás marido, jamás podrás trabajar en algo mejor que una asistente y cuando sea director te despediré entonces terminarás en la calle mendigando por comida para ti y eso que te acompaña, ¡Oh, querida! cuando eso pase me encantará ver como te las apañaras para mantener a tu mocoso abomina...
No es la primera vez que escucho que este tipo menciona algo así a mis espaldas, incluso le he escuchado comentarios sexistas y otras tantas sandeces hacía mi persona, sin que sean cara a cara, pero una cosa es meterse conmigo y otra muy distinta que quiera insultar a mi pequeño (quien duerme en su portabebe al lado de mi silla) así que sin mediar una advertencia de mi parte y antes de que él pudiera terminar esa frase mi puño se estampo contra su nariz haciéndolo tambalear
— Atrévete a terminar esa frase y lo próximo que romperé no será tu nariz, asqueroso remedo de morsa. Podrás ser un prospecto a director ejecutivo de esta compañía, pero hasta donde sé tu valor no es mayor que él mío.
— ¡Maldita, Evans! Está me la vas a pagar sucia ramera
Ante su grito mi bebé empieza gimotear removerse en su lugar, lo cual me distrajo dándole la oportunidad a Dursley de acercarse a mi levantando
su enorme y gorda mano queriendo atinar a mi rostro o alguna parte de mi cuerpo con la intención de herirme.— ¿Qué carajos está pasando aquí? Y ¿Qué demonios es lo que intentas hacer?
Justo a tiempo tomando el brazo de Vernon en el aire para detener cualquier ataque de la morsa dirigido hacia mí, se encuentra Allen Hunt CEO de la compañía HuntersCo. El cual ante la expansión de sus negocios busca empresas pequeñas que puedan significar un inversión rentable a futuro, por lo que Grunnings, con mi ayuda, presentó un proyecto de cooperación para atraer a este inversionista en particular, lo que me garantizaría una planta laboral y finalmente terminar el último semestre de mi carrera sin tener que preocuparme por las cuentas a pagar, además de una mejor vida para mi pequeño y para mí.
Sin embargo, la situación ahora no pintaba nada bien -con un demonio, lo que me faltaba-
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Petunia... Dursley? JAMÁS
FanfictionLeí de reencarnaciones y transmigraciones, pero jamás imaginé que terminaría de este modo. Una prueba más de que cuando el universo quiere joderte, es que QUIERE JODERTE "Oh mierda, Vernon por favor ya te dije que no saldré contigo, ahora largo" "Li...