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La habitación ya no me parece conocida, no huele a mí y no tiene el aroma de mis últimos bailes. La habitación ya no es testigo de cómo dejo mi vida en ese caño, ha perdido mi esencia y hoy será un nuevo reencuentro. El rojo está intensificado, he tenido que escabullirme en la oficina de Enoc y arrastrar la ropa de mi antiguo trabajo individual. Nadie me ha visto, pero cuando Gustavo llegue y pregunte por mí, será el problema más grande que voy a tener.

Y hablando de problemas, abre la puerta, está hecha una furia.

—¡Ni se te ocurra, Venus! —exclama con todo el enojo que puede acumular —¡Si, Escarlata se entera que has roto el contrato... no te lo dejara nada fácil y no quiero tener problemas con ella!

—Solo será esta vez, Enoc —me acerco al hombre con desesperación

—¿Es porque pago 150 mil? ¿de verdad necesitas el dinero?

—¿150? —pregunto confundida, no creí que iba a pagar tanto —No, no, Enoc, por favor, yo lo hablare con ella

—¡¿Hablar?! Te va a asesinar, Venus, te descuartizará y te servirá en su cena —gesticula con exageración y levanta sus manos desesperado

—Entonces que no se entere —susurro, junto mis manos con las de el y lo presiono con fuerza —¿ella está ahora? —niega —no se enterará, quita los registros, que pague de forma diferente y nadie se enterará, pero por favor, no me quites esto

—Venus... me estás obligando a algo que me costará la vida

—Si ella se entera, me hare responsable, puedes quedarte con la mitad de los 150, no importa —cierro mis ojos —solo déjame hacer esto

—¡Si se entera, te hago responsable y no te ayudaré! —me señala, asiento y se marcha, no muy convencido por lo que ha accedido —solo quiero que sepas que no apruebo esto que estás haciendo... y si se entera, ella querrá saber porque lo hiciste —asiento, no soy muy consciente de lo que puede llegar hacer pero se... sé que no le gustará nada.

Aprieto mis labios, me encamino hacia el tubo metálico y como si fuera la primera vez, me trepo. Había olvidado lo bien que se sentía bailar, deslizarme y aferrarme con fuerza, elevarme, suspenderme... perder por un momento mi conciencia en la vida real. Deslizo el trapo desde su punta, hasta el final y cuando he llegado a limpiarlo bien, me alejo de este y dejo las cosas en el cuarto de baño. Ahora solo debía esperar a que Gustavo, atraviese esa puerta y sinceramente, estoy temblando de miedo, deseando que le ocurra una emergencia.

Que tenga que marcharse, así yo evito cualquier tipo de contacto y ¡Dios! Es la maldita dueña, es muy idiota de mi parte pensar que ella no se enterará, conociendo esa faceta dominatrix que tiene, me fajara hasta que no quede un gramo de mi... ¿Cómo le explicaré? ¿Cómo lo hare?

Con mis manos aprieto el borde de la cama... la voz de Pier aparece en mi cabeza, se repite, una y otra vez.

"Ahora eres de ella."

"Ahora eres de ella."

"Ahora eres de ella."

"Ahora eres de ella."

"Ahora eres de ella."

"Ahora eres de ella."

"Ahora eres de ella."

"Ahora eres de ella."

"Ahora eres de ella."

"Ahora eres de ella."

"Ahora eres de ella."

"Ahora eres de ella."

"Ahora eres de ella."

ImpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora