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Trato de procesar lo que dijo, pero su mano se desliza por la mía y me arrastra hacia la habitación, no sé qué decirle. Es un hecho de que no hay nadie más en la casa, Lisa le ha importado poco que su hermana no esté y solo espero que Pier no se le haya ocurrido hacer un caos en Impura. Dejo de sentir su tacto, se pierde por la habitación del baño y me acerco a dejar mi móvil cargando, escucho el suave sonido de la ducha caer. Segundos después tengo a Wanda en frente de nuevo.

—Desvístete

—¿Qué?

—Que te desvistas, ¿Cómo planeas bañarte? —pregunta como si fuera la cosa más obvia del mundo, estoy alcoholizada, pero sigo consciente ante mis actos.

—Lo hare cuando salgas de la habitación —niega y frunzo el ceño

—Quiero asegurarme de que quedes limpia...

—Estoy segura de que se cómo bañarme —recrimino, ofendida totalmente y se acerca a mi cuerpo para quitarme la camiseta. No opongo resistencia porque lo hace tan rápido y cuando quiero decir algo, la encuentro de rodillas desprendiendo mi pantalón. Trago duro, esto es.... Es mucho más de lo que cualquier persona puede soportar. —yo... yo...y —tartamudeo como una maldita estúpida, sonríe de lado y se levanta del suelo para estar de nuevo a mi altura

—Tu... tu... tu —se burla y me toma de la mano, me lleva hacia el baño. Espero su próximo movimiento, el agua de la ducha cae dentro de la bañera, pero esta no es llenada porque no le ha colocado el tapón. Hay vapor y es casi difícil ver, pero imposible no distinguir el naranja o rojizo brillante de su cabello. Me obliga adentrarme al agua, el calor de esta me hace cerrar los ojos, no está caliente, pero para mi cuerpo es difícil acostumbrarse, los bellos se me ponen de punta y siento aún más tensión cuando el jabón es deslizado por mis piernas.

Lo bueno es que no me obligó a quitarme la ropa interior.

La cremosidad del jabón es arrebata por el agua de la lluvia, Wanda se ve claramente molesta por eso y con suave golpe en mi pierna me hace salir del agua de nuevo. Ahora sí, lo desliza sin problema y con sus dedos los esparce por la piel, sube, llega a mis rodillas.

Masajea la zona, cierro los ojos para relajarme y tratar de no estar tensa, su tacto no es duro, es suave y cuidadoso. Mis muslos... ¡Dios! ¿Qué pensará mi padre si se entera que deje que su novia me bañara?

—Creo que mejor debería bañarme sola... no tengo 5 años

—Cierra la boca —ordena, trago saliva, mirarla desde arriba me produce un dolor en el estómago y no puedo dejar de pensar que esto está muy mal. Se pone a mi altura, desliza el jabón por mi abdomen y lo deja a un lado, son sus manos las que se toman el atrevimiento de limpiarme.

Me mira con firmeza, su dedo pulgar acaricia por encima mi ombligo y ambas manos deciden recorrer mi silueta.

Una pasada...

Dos...

Tres... y toma de nuevo el jabón.

—Date la vuelta —susurra, asiento y cumplo con lo pide, sus manos emprenden un nuevo camino, conocer mi espalda y remarcar con cuidado los lunares que tengo detrás. Se que hace eso, porque Pier también se toma el tiempo de tocarlos... Pero el tacto de Wanda es mucho más placentero, suave y cuidadoso.

¿Dije placentero?

Siento el agua de nuevo en mi cuerpo, ¿Cómo es que no note que me corrió a la ducha de nuevo? Sin embargo, no abro los ojos, solo espero a que haga de mi lo que se le antoje y termine, para así poder irme a dormir. Siento la suavidad del jabón tomar contacto con mi abdomen de nuevo, el cuerpo de Wanda se ha pegado al mío por detrás y estoy segura que se está mojado la ropa. Sus labios depositan un beso en mi hombro, abro los ojos y me quedo inerte, sin saber que hacer...

ImpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora