Amarro mi cabello en una coleta alta, es miércoles, hace calor y no sé nada de Sarah desde el sábado en la noche, le dejó un mensaje a la directora el lunes que tenia que viajar de urgencia a su ciudad, parece que un familiar enfermo y quería pasar unos días junto a el o ella... no lo sé la verdad, no quise escribir y molestarla.
El sol ingresa por los ventanales del salón, los niños están anotando lo que he escrito en el pizarrón y algunos están distraídos jugando con sus lápices, murmuran entre ellos... cosas de niños.
El timbre del fin de su horario suena, mi libertad de ellos, pero en casa tengo un par que es como tenerlos a todos ellos...
—Sus cuadernos aquí, niños —observo como cada uno de ellos se acerca a dejarlo, me regalan sonrisas tímidas y no dudo en devolverles el gesto, vuelven a sus pupitres para armar sus mochilas. Tengo que pararme y guiarlos a la salida, normalmente lo hace Sarah, pero como no está por aquí, hoy tengo que hacerlo yo.
Nuestra noche de sábado fue buena, me escape unas horas de casa y cuando regrese las niñas ya estaban en la cama, Wanda dormía. Al otro día no hizo preguntas, se conformo con algo simple "necesitaba respirar" si supiera que respirar incluía el oxígeno de otra mujer, no me hubiera dejado cruzar la puerta.
—Niñas por aquí, niños por este otro lado —les indico la fila que deben hacer, espero con mucha paciencia a que los otros niños terminen de guardar, algunos se ponen a jugar en la fila y se ríen a carcajada de sus propias ocurrencias. Sostengo el picaporte con fuerza en mi mano, tanto que siento un poco de dolor, pero no me molesta y cada vez voy acostumbrándome a la sensación de extrañez, que ahora se hace familiar.
Recuesto mi cabeza en la puerta unos segundos, recuerdo la noche, su cuerpo sobre el mío, sus besos en mi cuello y las manos que parecían querer tocar todo lugar para tener una memoria de porvida de él, la suavidad de las yemas de sus dedos que dibujaron formas en mí, ella dentro de mí. Parpadeo varias veces y un suspiro se escapa de mis labios, intente hacer lo mejor que pude, me entregue por completo a su sexo y deje que hiciera lo que se le cantará conmigo.
Pero no volvió a escribir, bueno, luego del sexo hablamos un poco sobre mi vida...
"Sus ojos me analizan como queriendo buscar los secretos más oscuros en mi interior, acaricia con la yema de su dedo índice la silueta de mi abdomen y marca puntos, zonas donde tengo cicatrices gracias a Wanda cuando me secuestro... y era deporte olímpico correr entre las ramas para escapar de ella. Nuestras piernas están entrelazadas, mi respiración logró regularizarse cuando llegue al tercer orgasmo y ahora ya no me quedan fuerzas para volver a casa.
—Cuéntame sobre tu familia —susurra deslizando su mano por mi cintura y dejando caer su cabeza sobre mi pecho. Sus cabellos dorados se esparcen como lianas por mi clavícula y el aroma de su perfume me provoca espasmos en el vientre bajo.
—Ya sabes, mis niñas...
—Se que vives con dos mujeres —eso no le he contado, relamo mis labios y deslizo mis dedos por su cabello —la maestra de cuarto me puso al tanto —aclara
—Si —trago saliva —una de ellas es la mamá de las niñas
—¿La mujer que te suele buscar? —niego, pero no me ve, está recostada sobre mi y tengo que hablar.
—No, esa es Natasha —recuerdo a la pelirroja —Wanda se llama la mamá de mis hijas —confieso
—Wanda... ¿es buena contigo? —pregunta elevando su rostro y buscando respuesta en mi mirada —¿te trata bien Arte?
—Si, nos llevamos bien —corro un mechón de su rostro
—¿Y tu familia? —frunzo el ceño

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Impura
Acak+18 🌻Venus, una talentosa bailarina exótica, ha perfeccionado el arte de ocultar su vida nocturna tras una fachada de normalidad. Durante más de dos años, ha dominado el equilibrio entre sus estudios universitarios y su trabajo, generando ingresos...