La iglesia logro hacer una recaudación de fondos para los sectores más vulnerables de la ciudad, las mesadas se alzan llenas de cosas, juguetes, ropa y alimentos. Con mamá logramos traer diferente tipo de tartas, para que el que quisiera comer y compartir junto con los demás, fuera bienvenido. El sacerdote/padre, Tomas, se acerca a cada uno de los niños con suavidad y les entrega un vaso de chocolate, también hay té y así pueden elegir lo que les guste. Las demás señoras que acompañan en la comunidad religiosa de este pueblucho, miran al sacerdote con hambre, no porque lleva las chocolatada, si no por lo ardiente.
El padre Tomas tiene 27 años, cabello negro y ojos azulados, parece un modelo de revista y más de una ocasión pude escuchar por ahí la frase; "el desperdicio de dios"
Yo creo que dios está bastante satisfecho con su seguidor. Aquella frase fue dicha por una mujer de unos cincuenta y pico de años, que en las noches seguro se coge a su esposo pensando en el padre Tomas.
—Que asco dan las mujeres —la voz de mi madre se hace presente, le doy una mirada a su ojos y observo el asco en ellos, y una pequeña mueca en sus labios que hace sintonía con lo que ha dicho. Niega, las observa con desaprobación. —Es un jovencito, no pueden mirarlo de esa forma tan... pecaminosa —suelte una risa que fue ahoga de inmediato por un golpe en mi espalda.
—Lo siento —me disculpo de inmediato apretando los labios para no reírme, le miro y también me niega con su cabeza, ella de verdad está molesta por la situación.
—Tu no lo miras de esa forma, ¿verdad?
—¡Por dios mamá, es sacerdote!
—Si, bien, eso me alegra —susurra y lleva a su boca un poco de la tarta de frutilla, a lo lejos noto que se estaciona el vehículo de mi padre, el también asiste a estas pequeñas celebraciones y trata de ayudar con lo que puede. —Y hablando cosas asquerosas... tu padre
—Mamá —reto y ella rueda los ojos
—¿Cómo tiene el descaro de traer a su zor... novia? —clavo mis ojos en ella, ¿estuvo a punto de decir lo que creo? Trato de enfocar mi vista en el cabello cobrizo de Wanda, baja y con muchas bolsas en su mano. Se acerca al padre Tomas y se las entrega, el recibe gusto y muy agradecido.
—Cariño —nombra mi padre y deposita un beso en mi frente —no he sabido nada de ti desde el miércoles
Hoy es domingo.
—¿miércoles? —pregunta mi madre
—Artemis fue a comer a casa, pero se tuvo que ir antes... —mi madre frunce el ceño y clava su mirada en mí, yo le mentí y le dije que salí de paseo con Pier. Wanda se acerca, mamá la mira de abajo hacia arriba y decide alejarse. —Iré con tu madre para hablar de algo —asiento y lo veo perseguirla, mientras ella intenta hacer de cuenta que no existe tal humano.
Wanda se sitúa a mi lado y toma una porción de la tarta de frutilla.
—Hola —susurra con suavidad
—Hola —contesto
—¿La hiciste tú? —pregunta y asiento, la admiro llevarse un poco a la boca. Mientras mastica asiente y trata de ignorar mi mirada, le extiendo una servilleta. —Gracias —susurra tapando su boca, dejo de verle y me concentro un momento en mis padres que por la forma en la que mamá mueve los brazos está discutiendo. —Creí que ibas a regresar el miércoles
Giro mi rostro, sus ojos verdes no son tan verdes y su negra pupila ha tomado mayor lugar. Recuerdo haber dicho que no iba a regresar, después de mi trabajo fallido y la perdida de mis seis mil, fui directo a casa. Me di un baño y me tiré en la cama a dormir.

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Impura
De Todo+18 🌻Venus, una talentosa bailarina exótica, ha perfeccionado el arte de ocultar su vida nocturna tras una fachada de normalidad. Durante más de dos años, ha dominado el equilibrio entre sus estudios universitarios y su trabajo, generando ingresos...