Los vestuarios de los novatos son comunes. Genial. Por los menos las duchas son independientes y tienen cortinillas separadoras entre una y otra. Me ducho rápido y vuelvo a ponerme el uniforme. Los demás tienen ropa de calle preparada en las taquillas, pero esta es la única ropa de la que yo dispongo. Algo que no pasa desapercibido para algunos que pronto comienzan a murmurar.
- Toma. Te presto mi cepillo si quieres...
Bianca, la chica que antes ha hablado durante la sesión de entrenamiento, me ofrece su cepillo para el cabello. Ojalá pudiese rechazar su oferta, pero no tenía uno y mi cabeza parecía un nido de pájaros mojado. Así que lo tomo con un asentimiento.
- ¿Has visto a la gente que han aceptado este año? - escucho a un hombre hablar tras de mí en la zona de las taquillas sentado sobre un banco. Lo veo reflejado en el espejo mientras me peino. Es un chico joven de unos veintipocos, cuerpo escultural, cabello rubio y semidespinado, mandíbula cuadrada. Su aspecto grita "chico de oro" e hijo de cazador. Está rodeado de otras personas que asienten de acuerdo con sus palabras -. No hay ni una sola mujer decente en el grupo. Mira esa, está esquelética ... - sip, esa soy yo. No hay duda de que está hablando de mí. ¿Me molesta su comentario? Ni lo más mínimo. Tenía otras cosas de las que preocuparme como, por ejemplo, la forma descontrolada en la que está temblando la mano con la que trato de sujetar el cepillo. ¿Qué narices... -. Y mira esa otra. ¿De verdad creéis que una gorda va a superar el entrenamiento?
Bianca se encoje a mi lado al escuchar el comentario. Es cierto que estaba algo rellenita, pero llamarla gorda de esa forma es cruel. ¿Quién se cree que es él? ¿El muñeco Ken de la Barbie?, aunque... desde luego lo parecía.
- Vamos, Brett. No te pases - le dice uno de sus colegas, pero está claro que no lo hace en serio porque se ríe igual que los demás.
Mis ojos están fijos en mis manos que no dejan de temblar. Sé perfectamente lo que me está pasando. En mi interior siento un ansia, una necesidad que conozco muy bien. En mi otra vida como Devoradora de almas la había sentido. La necesidad de alimentarme. Y en esta, miserablemente, vuelvo a experimentarla, pero esta vez lo hago por la necesidad de otra dosis de propofol en vena.
- ¡Maldita sea! - exclamo enfurecida conmigo misma por lo que estaba pasando y lanzo el cepillo sobre el lavabo.
¿Tan difícil hubiese sido despertar en el cuerpo de una chica normal y corriente sin problemas con las drogas? Al parecer sí porque había acabado en este.
De repente, me doy cuenta del silencio que me rodea. Todos me miran.
- ¿Algún problema? - me pregunta entonces Brett, que ha abandonado su asiento, y está justo detrás de mí. Me doy la vuelta sorprendida y frunzo el ceño -. Eh, te estoy hablando - insiste cuando ve que inicialmente no digo nada -. Te he preguntado si tienes algo que decir.
Parpadeo confusa. ¿En qué lío me he metido ahora? El plan es pasar desapercibida y se supone que con este aspecto no me debería costar, pero... ¿por qué el chico de oro me está confrontando repentinamente? Entonces, recapitulo. Me estaba cepillando el cabello mientras él criticaba a los demás. Después yo he tirado el peine contra el lavabo y... Oh, mierda. Ha debido de pensar que mi arrebato estaba provocado por sus palabras cuando en realidad no tenía nada que ver. ¿Acaso nadie le ha enseñado que él no es el centro del mundo? Al parecer no.
- ¿Sabes qué? Sí, tengo un problema - ya que es obvio que lo de no llamar la atención no va a funcionar decido coger el toro por los cuernos y aprovechar la ocasión para dejarle saber que no soy alguien a quien puede amedrentar tan fácilmente -. Creí haber dejado los días de instituto atrás, pero parece que incluso este lugar está lleno de hombres atrapados en la etapa adolescente. Niños envalentonados por su propia testosterona que se creen con el derecho de abusar de los demás. ¿No es una pena? Cualquiera esperaría que la gente aquí sería más madura, pero lamentablemente veo que no.
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Devoradora de almas | EN PAUSA |
Science FictionDerek, cazador de alto rango y jefe de uno de los equipos especiales de operaciones, es algo más que un hombre extremadamente atractivo. Por eso cuando se enfrenta contra una peligrosa Devoradora de almas decide actuar de forma inteligente y dar un...