CAPÍTULO 12

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– ¿Tenemos visual?

Necesitaba saber lo que estaba pasando dentro. El cazador asiente y me entrega una Tablet.

– Hemos metido una cámara a través de un agujero en la pared para poder tenerla vigilada – me explica.

Como había dicho Raven en el coche tanto el personal como los clientes habían sido obligados a salir y el local estaba completamente vacío. A lo lejos, en el mismo reservado que Aurelio Moncada había utilizado en su última noche, se encontraba la Devoradora. La mesa de cristal había sido reemplazada como si aquel día ella no la hubiese hecho añicos. Silver estaba sentada tranquilamente en uno de los sofás, aguardando.

– ¿A qué espera? – pregunta Max con los ojos fijos en la pantalla de la Tablet observando las imágenes a tiempo real.

Eso era justo lo que yo me estaba preguntando. Silver sabía que la encontraríamos fácilmente si acudía a este lugar. Gracias a su aguda audición tenía que saber el gran operativo que se había montado aquí fuera y que estaba rodeada. Sin embargo, no parecía tener intención de moverse.

– Voy a entrar – anuncio repentinamente y Max me mira como si hubiese perdido la cabeza.

– ¿Quieres que te recuerde lo que pasó la última vez que estuviste a solas con ella?

Sí, lo recordaba. Me había dejado llevar por un impulso repentino y había acabado besándola. Después, ella me había dejado inconsciente utilizando mi propia arma para golpearme.

– Quería que la encontrásemos, Max – insisto –. Necesitamos saber por qué.

– No – niega ella con dureza –. Mira a tu alrededor, Derek. La superamos en número. Si le atacamos ahora, no tendrá ninguna oportunidad. Fue una equivocación por mi parte sugerir que la llevásemos a la base. Fui una ingenua pensando que podríamos contenerla. No podemos seguir cometiendo errores.

Comprendía su frustración. Al igual que ella yo también había sentido la misma sensación de impotencia la primera vez que escapó y cuando no puede impedir que matase al niño, a pesar de que luego resultó ser un monstruo asesino en potencia. Habíamos fallado demasiadas veces y quizás esta fuese nuestra última oportunidad. Sin embargo, el comportamiento de Silver resultaba demasiado extraño y no quería actuar sin saber la razón.

– No va a entrar ahí solo. Yo le acompañaré – interviene entonces Cooper.

Lo observo con desconfianza.

– Hablad con la Devoradora de almas, pero que sea rápido – cede el cazador encargado de coordinar la operación, el mismo que nos había informado de la situación tras nuestra llegada –. Un equipo os acompañará al interior para cubriros las espaldas. El resto permaneceremos fuera para evitar que escape si las cosas se complican.

A pesar de que no me gustaba la idea de que Cooper me acompañase a hablar con Silver, asiento de acuerdo con el plan. Me habían dado una oportunidad para conseguir respuestas y no iba a desaprovecharla.

Cooper y yo nos adentramos en el interior de la discoteca seguidos por seis cazadores uniformados y armados hasta los dientes. Ocho personas, además de todos los compañeros que aguardaban en el exterior, parecía una cantidad desorbitada para enfrentar a una única Devoradora, pero ella sola había conseguido escapar del Centro de mando. Había permanecido oculta en el laboratorio esperando por el momento oportuno y después, sin apenas necesidad de luchar, tan solo enfrentándose a unos pocos que se interponía entre ella y la salida, fue capaz de huir. De esa forma Silver había demostrado que no actuaba al azar, sino que lo hacía con inteligencia.

El silencio en el interior resulta inquietante. Tan solo el sonido que emiten nuestras pesadas botas de combate nos acompaña mientras atravesamos la desolada pista de baile dejando la barra atrás. Siento la mirada fija de Silver sobre nosotros mientras avanzamos. Desde su posición elevada nos observa con detenimiento mientras subimos lentamente las escaleras hacia el reservado. Nuestros compañeros permanecen abajo. Sin alejarse demasiado, se distribuyen por el local adoptando posiciones. Sus ojos nos vigilan a través de las mirillas de sus armas.

Devoradora de almas | EN PAUSA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora