II. Los Malfoy

536 44 17
                                    

Sala de invitados, Malfoy Manor, Wiltshire.
Sábado 31 de agosto, 1994.
16:58 hrs.

—Hiraeth —es lo primero que me dijo Lucius Malfoy luego de unos segundos donde ambos me vieron raro. Estaba segura de que era porque mi clon no llegaba de esa manera por flu, pero detalles.

—Lucius. Narcissa —dije, tratando de aparentar normalidad. Ambos asintieron en mi dirección, así que supuse que había logrado mi cometido.

—¿Cómo te encuentras, querida? —dijo Narcissa, instándome a ir con ellos fuera de la sala en la que estábamos hacia una especie de terraza donde unos elfos aparecieron, y sirvieron el té cuando nos sentamos.

—Espléndidamente, Narcissa. ¿Ustedes? —pregunté, pretendiendo hablar educadamente. Ambos me miraron extrañados, y Narcissa tomó de su té antes de responderme.

—¿Ya no soy «Cissy»? —bromeó, riendo.

Verga, verdad que éramos amigos kike íntimos, según la Dixy.

Verga, verdad que éramos amigos kike íntimos, según la Dixy

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Por supuesto que lo sigues siendo. Perdona..., Cissy.

—No te preocupes —dijo tranquilizadoramente, restándole importancia con un ademán de mano—. Nosotros estamos magníficamente, querida. Hoy es un día precioso, ciertamente, y ayer Draco y Scorpius nos regalaron un día espléndido. Nos llevaron al teatro y almorzamos. Luego llegó Harry, ya te hemos dicho cómo es, y nos arrastró a una... ¿feria, la llamó? —se volteó hacia Lucius, quien asintió, y Narcissa continuó con su historia—. ¡Imagínate tal barbaridad! Como Lucius, los niños, y yo íbamos vestidos de etiqueta, dijo Harry, nos llevó primero a comprarnos ropa muggle. Duramos un rato en algunas tiendas porque a Draco y a Lucius no les gustaba nada, y Harry decía que no se podían comprar trajes tan sofisticados para ir a una feria.

»Fue increíble, habían... —hizo un ruidito por lo bajo, tratando de recordar el nombre hasta que Lucius lo murmuró. Le agradeció, y se volteó hacia mí, siguiendo— «atracciones» muy raras: una casa donde salían esqueletos de ninguna parte y te asustaban, también había otra casa que tenía gran variedad de espejos que cambiaban la forma del cuerpo, una montaña... rusa, creo, y Harry participó en algunos juegos, y nos ganó peluches. ¿Puedes creerlo? Fue muy divertido, nunca había ido al mundo muggle, y no me esperaba eso. Lucius también se la pasó increíble, aunque diga que no. Fue el más emocionado en la montaña, incluso pidió que nos montásemos de nuevo.

»Imagínatelo con un jean, una franela roja, y unos zapatos sencillos, pidiendo emocionado que volviésemos a montarnos en la montaña rusa —rio suavemente mientras Lucius miraba hacia otro lado con las mejillas rojas. Yo me aguanté la risa, y escondí mi sonrisa detrás de la taza de té—. ¡Oh! Y le pidió a Harry que le enseñase a jugar uno de los juegos, y duramos un largo rato hasta que por fin pudo ganar algo. ¡Fue hilarante totalmente! Al finalizar estaba completamente rojo, despeinado, y presumía de haber ganado un peluche para mí.

—¿Quién lo diría, Lucy? —me inventé el apodo, volteando a mirarle divertida—. Eres todo un loquillo —Lucius se puso incluso más rojo que antes, y balbuceó una respuesta. Narcissa y yo nos burlamos de él entre más risas, y anécdotas de Lucius en el parque de atracciones.

La tarde fue tan cómoda que hasta me olvidé de los nervios principales, o de que siquiera estaba en otra realidad. Hablar con Narcissa era muy fácil, a ella le encantaba hablar, y a mí me encantaba escucharla. Así que, entre aportaciones mías, y anécdotas tanto del día anterior como de las vacaciones en general, la tarde se nos pasó en un parpadeo.

Supe que en algún momento habían llegado Scorpius y Draco junto a sus amigos, pero ellos no se acercaron a la terraza, y nosotros tampoco fuimos a su encuentro. Además, no me quería ver rarita yendo como fangirl emocionada detrás de ellos, aunque sí tuve ganas 😭😭😭.

A eso de las siete o nueve nos dirigimos a la cocina donde Narcissa revisó la cena que estaban preparando los elfos, y les dio algunas instrucciones mientras Lucius y yo esperábamos por ella frente a una ventana que daba al patio. A lo lejos identifiqué a Draco y Scorpius acompañados de unos chicos sentados encima de una manta. Una canasta reposaba en el centro del círculo que creaban, y en sus manos sostenían unos platos; se reían, y se veían muy ligeros hablando entre ellos.

Narcissa llegó, y junto a Lucius miraron hacia donde yo lo hacía. Ambos suspiraron, y Lucius empezó hablando en voz baja.

—El Señor Oscuro volverá este año, es lo más seguro —volteé a verle, ambos seguían mirando por la ventana—. No estamos seguros de qué hacer. Pettigrew dice que el Señor Oscuro espera que... espera que nos unamos a él, y no hayo manera de negarle algo sin ponerlos a ellos en peligro. Tom y Mattheo son sus hijos después de todo, y- y es posible que los use para amenazarnos si le damos la espalda.

»Harry y Daren estarán en peligro, y no podrán volver aquí, o acercarse a los chicos de nuevo. Blaise y Theodore de seguro serán forzados por sus padres a darnos la espalda, si no es que los meten en esto, claro. Draco, Scorpius, Tom, y Mattheo se verán forzados o a tomar la marca o a verse involucrados en sus misiones... No quiero que-, no quiero eso para mis hijos, Her.

—Todos ellos- todos ellos son como nuestros hijos, ¿sabes? Han estado con nosotros desde que nacieron, prácticamente —habló Narcissa—. Los amamos, y Él lo sabe. Van a estar en tanto peligro, y temo que el Señor Oscuro use a los chicos para atraer a Harry y a Daren... Sobre todo temo que se meta con Draco y Mattheo. Harry mataría, moriría y viviría por Draco, y Daren por Mattheo.

Ya va, ¿cómo así?

—Queríamos... —comienza a decir Cissy mirando a Lucius, este asintió sin apartar la vista de la ventana— queríamos pedirte que los cuides, Her, son todo lo que tenemos, lo sabes... no podríamos perderlos —murmuró en voz baja con los ojos cristalizados. Me dolió tanto ver a alguien como Narcissa Malfoy, a la que consideraba tan fuerte e imponente, rogarme que protegiese a sus hijos de una inminente guerra—. Por favor-, haremos lo que quieras, te daremos lo que quieras. Pero somos conscientes de que tú puedes protegerlos incluso mucho más de lo que nosotros podríamos hacer, por mucho que me duela decir eso. Nosotros estamos dispuestos- —la corté cuando sentí que iba a derrumbarse ahí mismo, poniendo mis manos en sus hombros.

Cissy, no tienes que preocuparte, sabes que haré mi mayor esfuerzo para protegerlos —aún con los ojos cristalizados y un tanto acelerada, Cissy asintió. Lucius acarició su cintura suavemente y a los minutos estaban como si nada hubiese pasado. Me sonrió agradecida y fuimos hacia la sala, donde nos sentamos y seguimos charlando toda la tarde con el peso del inminente regreso de Voldemort, la inevitable guerra, y una promesa de la que no estaba del todo segura.

Aunque, incluso antes de que ella me lo pidiera, estaba dispuesta a cuidarlos. Desde antes de llegar a esa realidad, inclusive.

Y cumpliría mi palabra, costase lo que costase.

Y cumpliría mi palabra, costase lo que costase

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hogwarts HoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora