XIX. Harry

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Harry (o de lo rara que es la gente).

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Algún pasillo de los pisos inferiores, Hogwarts.
Domingo 10 de noviembre, 1994.
16:40hrs.

—"No te preocupes, Rita. Trato de manejarlo. Creo que Harry lo tiene peor, de cualquier manera. Se veía bastante perturbado, tanto que tuve que arrastrarlo conmigo hacia la sala a la que nos mandaron" —escuché la voz de Harry, recostado en la pared justo en la esquina del pasillo en el que había dado la vuelta. Llevaba El Profeta en la mano, y lo miraba con una mirada de aburrimiento—. "Con una actitud afable y un poco decaída, esta chica nos cuenta cómo fue su experiencia al ser seleccionada, y muestra una actitud empática para con el Señor Potter".

Yo me quedé quieta en mi puesto, mirándole con una ceja elevada. Nos quedamos durante unos segundos en silencio, mirándonos, hasta que me acerqué, le quité el periódico de las manos, y busqué la página de su entrevista.

—"¿Está usted seguro de no saber quién puso su nombre en el Cáliz?", "Ya se lo he dicho, estoy seguro", "Entonces, ¿cómo es posible que su nombre haya salido?", "No lo sé" —recité, leyendo su entrevista.

—¿En serio? —preguntó, una sombra de diversión tirando de sus labios. Me encogí de hombros, tendiéndole el periódico de nuevo.

—Pensé que estábamos leyendo la entrevista del otro.

—No estamos haciendo eso.

—Entonces, no sé qué quieres que te diga, Harry —él tomó el periódico, haciendo un sonido de entendimiento por lo bajo.

—No recuerdo haberte otorgado el permiso de llamarme por mi nombre.

¡Boe! Perdone usted, Príncipe Carlos, olvido mi posición frente a usted —rodé los ojos. Harry sonrió, riendo por lo bajo.

—¿Te importaría explicarme qué es esto? —levantó el periódico, agitándolo ligeramente.

—Un periódico, Potter. ¿Qué más va a ser?

—Pensé que era "Harry".

No bueno —exclamé—. Decídete cómo quieres que te llame, pana. Este vaivén me va a dar urticaria.

—Harry está bien.

—Bien, Harry —hice énfasis en su nombre, sacándole otra sonrisa—, eso es un periódico.

—Me refiero a la entrevista.

—Pues una entrevista. No sé qué quieres te diga.

—Lo que dijiste.

—¿Palabras?

—Sabes que no me refiero a eso.

Bufé, rodando los ojos de nuevo. Qué difícil era desviarle la atención a este pana.

—Pensé que te estaba ayudando —me encogí de hombros.

—Haciéndome ver débil.

—¿Hubieras preferido verte como culpable?

—Rita se encargó de eso por sí sola.

—Y yo les di algo para pensar que no lo hiciste, Harry.

—¿Cómo sabes que no lo hice?

—¿Lo hiciste? —negó—. Pues ahí tienes.

—Eres demasiado ilusa para ser una Slytherin —señaló.

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