XX. La Primera Prueba

194 24 34
                                    

°°°

La Primera Prueba (o de cómo la fama y el éxito no te asegura no estar sola al final del día).

°°°

Campo de la Primera Prueba, Terrenos de Hogwarts, Escocia.
Domingo 24 de noviembre, 1994.
12:42 hrs.

(Espacio para recordar mi relación con los gemelos en la que no voy a profundizar porque soy física y mentalmente incapaz de hacerlo (literalmente, ya lo intenté y no puedo, así que ajá), pero sólo para que se acuerden de que estábamos en un embrollo emocional y físico ahí, pues)

Ya casi no pasaba tiempo en Slytherin. Ni en Gryffindor, ya que estamos. Pero el tiempo que no estaba en alguna tutoría o en la mansión entrenando, lo pasaba en Gryffindor.

Ronald no estaba feliz con ese acontecimiento (porque recordemos que era mi hater), pero como yo me la pasaba en la habitación de los gemelos (hecho que le gustaba mucho menos) tampoco me importaba mucho. Aunque sí aprovechaba para decir algunos comentarios discriminatorios en mi dirección cuando pasaba cerca. Pero no habíamos tenido contacto como tal.

Logré conocer a Rita, me hice su amiga (al menos le di esa impresión a ella), y logré que escribiera lo que yo quería sobre mí; chica desamparada que fue a parar en ese desastre de torneo por accidente.

Tenía al público en la palma de mi mano y, muy en el fondo de mi mente, pensaba que me podía beneficiar del hecho de enfrentarme a otro dragón más violento. Quizás salir un poco lesionada. Lo suficiente como para tener simpatía pública.

Harry tampoco hizo un mal trabajo. Al menos logró que Rita pusiese su versión de la historia, aunque con pequeños comentarios y opiniones tanto personales como de estudiantes, pero la versión de Harry al final del día.

El tiempo pasó ridículamente rápido hasta la primera prueba, yo estaba nerviosa de que no me tocase Hydra. Probablemente entraría en pánico si ese fuera el caso. Pero pues ni modo.

Livin' la vida loca, they said.

Estaba ya en el lugar al que nos habían mandado a hacer la primera prueba, esperando a que llegasen las personas correspondientes para hacer la elección del dragón. Los demás campeones estaban pululando por ahí, menos Harry.

Ax y Siex estaban enrollados en alguna parte de mí debajo del uniforme, y sentía sus cuerpos deslizarse cada vez que se movían o paseaban por ahí. El movimiento me calmaba lo suficiente para no hacerme tener un ataque de pánico o ansiedad debido a los nervios y la incertidumbre.

Mientras estaba ahí tratando de distraerme a mí misma para no caer en la locura, un señor alto, bastante bien parecido entró a la carpa. Se veía por los cincuenta, aunque se veía bastante bien. Se acercó a mí, mirando de reojo a los demás.

Le miré con una ceja alzada y ligera sospecha al no reconocerlo. En mi vida lo había visto, así que le miré rarito por andarse acercando a mí.

Imagínense y venía a asesinarme antes de empezar la prueba.

—Hey —dijo bajito en lo que una suave sonrisa iluminó sus ojos. Sonreí ampliamente al reconocer a Gellert bajo los efectos de alguna poción o hechizo para cambiar su apariencia, y le abracé fuerte.

—Gellert —Gellert me estrechó contra sus brazos, y dejó un beso sobre mi cabeza.

—¿Nerviosa?

—No tanto, honestamente —Gellert rio, una mirada orgullosa en sus ojos.

—Espero que sepas que no debes ganar para hacerme sentir orgulloso. Ya lo haces, ¿sí? —asentí—. De acuerdo —se inclinó a besar mi mejilla—. Gana ese torneo, y muéstrales a todos de lo que una Grindelwald está hecha —rodé los ojos, pero no pude evitar seguir sonriendo.

Hogwarts HoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora