Hogwarts Hoe

Interludio: Pansy.

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Habitaciones de chicas (la última del pasillo, específicamente), Sala Común de Slytherin, Mazmorras, Hogwarts.
Domingo 15 de septiembre, 1994.
08:30 hrs.

Yo me levanté más temprano que Pansy, por lo que aproveché para revisar las cartas de mi cumpleaños que me faltaban revisar y responderlas (que eran las que llegaron en lechuzas, porque las de los búhos reales ya las había respondido). Al parecer no tenía una lechuza ni búho (algo muy poco práctico, si me preguntan), por lo que guardé las cartas para llevarlas a la lechucería luego del desayuno o en algún momento del día.

Busqué entre mi ropa algo bonito para ponerme y luego de un rato me dirigí al baño con mi ropa en mano, cuidando de no despertar a Pansy sin querer.

Me bañé, aprovechando para lavarme el cabello también mientras cantaba por lo bajo alguna canción que sonaba desde el tocadiscos. Salí de la ducha con una toalla alrededor de mi cuerpo y una en la cabeza, Pansy estaba lavando sus dientes en el lavamanos. Me sonrió por el reflejo del espejo y yo le devolví la sonrisa. Mientras ella se enjuagaba yo me puse la ropa interior, las medias de red y la falda que formaban parte de mi conjunto.

—No sabía que tenías tantos tatuajes —dijo con la cadera en el lavamanos y los brazos cruzados mirando mi muslo, que había quedado descubierto cuando me coloqué la falda, donde había un tatuaje de la copa de los tres magos, arriba estaba una placa de un preso de Azkaban sostenida por lo que suponía eran las manos de Sirius, arriba estaba un giratiempos y encima del giratiempos estaba el Sombrero Seleccionador, alrededor habían como estelas y pequeñas estrellas.

—Es bonito, no sé... me gustó cuando lo vi y quise tenerlo —murmuré recordando el momento en que lo había visto en Pinterest y se me hizo bonito (ahora me da cringe, lo admito. Incluso me lo quité tiempo después, pero en su momento e me hizo lindo cof). En ese momento el giratiempos dio una vuelta, el Sombrero se movió un poco, la copa soltó un destello y la placa se agitó—... a parte es mágico y hace esas cosas —dije suavemente. En su momento no me había esperado que fuese mágico, pero era bonito. Aunque era raro tener un tatuaje que se moviera porque de cierta manera sentía cómo se movía.

—¿Y los demás? —apuntó mis brazos y clavícula, bajé la mirada para observar donde ella apuntaba.

—Un poco de lo mismo... este —señalé el de una constelación en el dorso de mi mano izquierda— es la constelación de Virgo, que es mi signo zodiacal —me lo terminé quitando también—. Este —apunté en mi brazo derecho donde había un esqueleto y sus brazos daban paso a las ramas de un árbol de cerezos— representa mi árbol favorito, el de cerezos, y lo efímero de la vida, así como es una alusión a la reencarnación. Es una analogía un poco rara, pero yo me entiendo. El de acá —apunté mi muñeca derecha donde estaba un tatuaje con letras negras que decía "LOSER" y arriba de la "S" había una "V" en rojo— es de una de mis películas de terror favoritas. En la nuca tengo uno que hace alusión a las Reliquias de la Muerte —me di la vuelta dejando mi nuca al descubierto donde rezaba la palabra "Always", pero la "A" era el símbolo de las Reliquias de la Muerte, aunque cada trazo estaba sin terminar en algún lado.

Quedé payasa cuando descubrí que ese último tatuaje no sólo hacía alusión a las Reliquias.

»Aquí en el tobillo tengo otro que igualmente hace alusión a las Reliquias de la Muerte, aunque en este se encuentra la muerte como tal con alas y tiene colores, también —levanté la pierna tratando de hacer a un lado la red para que viese el tatuaje (también me  lo quité). Pansy dijo algo como «Wow» mirando de cerca. Yo reí, bajando la pierna—. También tengo otro en la espalda.

—¿Puedo verlo? —preguntó curiosa, asentí y me di la vuelta, solté el nudo de la toalla bajando esta para dejar mi espalda al descubierto. 

El tatuaje era un árbol, también de cerezo. El tronco se encontraba del lado izquierdo de mi espalda y las ramas del árbol se abrían hacia la derecha, los pétalos del árbol se movían como si fuesen movidos por el viento y se desprendían del árbol yendo hacia mi hombro donde parecían perderse en la distancia.