* ੈ‧₊ Tommy<3.

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Hogsmeade, Escocia.
Sábado 21 de febrero, 1995.
13:00 hrs.

Encuéntrate conmigo en la Torre de Astronomía a las 8:30 pm.

Tom Riddle.

Elevé una ceja ante la nota de Tom que había encontrado en la puerta de mi habitación. La noche anterior me había quedado hablando con los chicos (mis guardaespaldas) respecto a lo que acontecía con los otros chicos (Los Siete).

Había llegado a un acuerdo conmigo misma de que dejaría que la semana terminase y, cuando todos se hubiesen declarado, podría pensar con mayor armonía y serenidad mi decisión al respecto.

No era un día relativamente ocupado, así que me tiré en mi cama con audífonos a todo volumen imaginando mi vida soñada.

(estaba llorando internamente porque en cuatro días era la Segunda Prueba del Torneo y yo no estaba preparada para eso)

A la hora del almuerzo a mí me dio flojera salir. Así que dije pijamadaenmicuarto y me fui a la cocina a preparar el almuerzo. Mientras cocinaba con música de fondo, sentí una presencia en mi cuarto.

Con el entrenamiento de los chicos y la exposición a la magia que estaba teniendo, cada vez tenía más sensibilidad a las auras mágicas. Y aquella en particular era una que conocía muy bien.

—¿Por qué no subes a almorzar? —preguntó la ronca y malditamente sexy voz de Daren en mi oído luego de poner sus manos en mis caderas y recorrer mi figura hasta mi cintura.

—No quería salir... y me gusta cocinar —respondí en un murmullo. Los labios de Daren se presionaban ligeramente contra mi hombro y cuello, dejando efímeros besos.

—Hm. ¿Qué cocinas?

—Pollo con arroz.

—¿Hay suficiente para que te robe un poco? —reí por lo bajo y asentí.

—Pondré a cocinar más, de cualquier manera —murmuré, atrayendo con magia no verbal y sin varita el pollo y los ingredientes.

Daren era el único que sabía que podía hacer magia no verbal y sin varita desde que, por un descuido, lo dejé al descubierto sin querer. En retorno, él me dijo (y demostró) que también podía hacer magia no verbal y sin varita.

Así que ahora compartíamos un secreto. Y muchos besos. Y sentimientos raritos. Y el mejor sexo de mi vida.

Daren se dedicó a dejar besos en mi hombro y acariciar mi cintura mientras yo terminaba de preparar el pollo y ponía a cocinar el arroz.

—No sé si el arroz quede bien de sal. Nunca sé cuánto poner cuando tengo que cocinar para más personas —admití en voz baja luego de dejar las cosas cocinándose.

Me di la vuelta, con la espalda apoyada en la encimera de la cocina y sus brazos alrededor de mi cintura hasta mi espalda.

—No importa —murmuró. Bajó su cabeza hasta que sus labios se posaron en los míos. Pensé que iba a ser un beso-beso, pero se separó antes de poder profundizar y simplemente se quedó ahí. Conmigo.

Hogwarts HoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora