Ron se encontró con la letal sonrisa de Blaise Zabini tan sólo tres minutos después de que él y Liver hicieran aquella apuesta.
Blaise le tocó el hombro delicadamente y cuando el se dio la vuelta, se encontró con un pecho fuerte y musculoso que aunque descansaba debajo de una fina camisa de seda, un traje ingles y una carísima corbata de franjas verdes y plateadas, era evidente la contextura.
Siguió subiendo la mirada y se encontró con aquella sonrisa diabolicamente sexy, miró un poco más arriba y ahí estaban esos vivaces ojos negros llenos de astucia.
Ron sintió que algo se le removió por dentro, mirar a aquel hombre de piel color chocolate le dio un subidón de adrenalina y excitación que se obligó a controlar.
Reconoció a Blaise Zabini de inmediato, el hombre de la escandalosa risa de hace rato.
Y también reconoció esa estúpida sonrisa de superioridad, ya la había visto antes, era el tipo de sonrisa de un hombre que cree haber encontrado un dulce bocado.
Bueno, más pronto de lo que se imaginaba le iba a hacer saber que Ron Wesley era más vinagre que miel.
-Me gusta como comes fresas.
Bueno, tenía que darle puntos por originalidad ya que esa no era la frase de salida que se esperaba.
Sin embargo, Ron se limitó a darle una mirada tan dura de arriba abajo, que dicha mirada hubiera intimidado a cualquier hombre menos valiente que él.
Al no obtener respuesta, Blaise continuó.
-¿Qué más se te da bien hacer?
-Eludir halagos indeseados.
Blaise se echó a reír.
-Y dar respuestas ingeniosas por lo que veo.
Ron no le respondió, giró su cara de medio lado para concentrarse en otra cosa, pero a Blaise le encantaban los retos y tenía su apuesta siempre como meta final.
-¿Bailamos?
-No gracias.
-¿Por favor?
-No gracias.
El tono con el que Ron se lo dijo quizás haya sido demasiado alto para el momento, pero es que Blaise estaba comenzando a exaperarlo con aquella insistencia, algunas cabezas de giraron al escucharlo y Blaise se dio cuenta de ello y lo aprovechó para sacar ventaja.
-¿Cómo dices? - le preguntó en tono casual al pelirrojo.
Ron se dio cuenta de que algunas personas lo veían, definitivamente había alzado la voz y para poner la cereza sobre el pastel, una de las personas que lo miraba, era la señora Thompson, aquella mirada que ella le echó, le dejó muy claro que estaba estudiando todos sus movimientos.
-Ya e bailado tanto en toda la noche que me duelen los pies - se limitó a decir y huyó por la derecha directo hacia la fuente de champán, tomó una copa y la acercó para rellenarla.
-Me enseñaron desde pequeño que es malo decir mentiras.
La voz de Blaise detrás de él lo tomó por sorpresa e hizo que se le derramara parte de la bebida en la mano cuando dio un respingo.
Dejó la Copa en la mesa y se propuso a secarse con una servilleta.
-Y a mí me enseñaron desde pequeño que es malo ponerse pesado, insistente e intenso.
-No era necesario que mintieras.
-No estoy mintiendo.
Blaise soltó una sonrisa irónica y arqueó una ceja.
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El retorno de Ronald (Trilogía mágica 2)
Fiksi PenggemarRon prometió no volver a poner un pie nunca más en el pueblo donde planeó vivir algún día. Hace tan sólo cuatro años se vio involucrado en un gran escándalo junto con Cormac MacLaggen y las personas del pueblo dejaron muy claro que nunca lo olvidarí...